A la espera de una señal de que su país pueda unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, expresó ayer su esperanza de alcanzar “el mejor resultado posible” de la próximo cumbre.
Tras reunirse con su colega polaco Andrzej Duda, Zelenski indicó que ambos acordaron “trabajar juntos para obtener el mejor resultado posible para Ucrania” el 11 y 12 de julio en Vilna (Lituania).
“Juntos somos más fuertes”, afirmó Duda en las redes sociales durante una visita a la ciudad de Lutsk, en el oeste de Ucrania, junto a Zelenski.
Zelenski aclaró que no espera la incorporación de Ucrania a la OTAN antes de que termine la guerra con Rusia, pero confía en que la cumbre brinde una “señal clara” de la intención de llevar a Kiev a la alianza.
I continue to tell you about #ChevronsOfHeroes. The story of each of them deserves to be heard.
The chevron of the 33rd separate mechanized brigade of the Ground Forces of the Armed Forces of Ukraine. It was given to me by the defenders during a trip to the frontline positions… pic.twitter.com/5C6kfUsvnK
— Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) July 10, 2023
Bombas de racimo
Aunque no obtuvo un proceso acelerado para integrar la OTAN, Ucrania sí obtuvo de Estados Unidos la promesa de bombas racimo, un arma muy polémica que, según Zelenski, es un “indispensable programa de ayuda”.
Estas armas, prohibidas en muchos países, matan indiscriminadamente al dispersar pequeñas cargas explosivas antes o después del impacto, y pueden causar numerosas víctimas civiles colaterales. El presidente Joe Biden admitió que fue una “decisión muy difícil” pero que era “lo correcto”.
El anuncio puso en apuros a los países europeos, muchos de los cuales han firmado la Convención de Oslo de 2008, que prohíbe su uso.