El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) urgió una reforma judicial para remover a los malos fiscales estatales, pues aunque algunos de ellos estarían involucrados en delitos “son inamovibles e intocables”.
Este miércoles -luego de mencionar que el mandatario de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez “gobierna pero no manda” pues hay un grupo que ostenta el poder e incluye al fiscal Carlos Zamarripa– pidió que se modifique la ley para arreglar esa situación.
Fiscales son protegidos por el Poder Judicial
El titular del Ejecutivo considera que esos fiscales presuntamente corruptos son protegidos por el Poder Judicial de la Federación (PJF), y como ejemplo puso a los fiscales de Morelos, Uriel Carmona, y de Tamaulipas, Irving Barrios, señalados de presuntos delitos.
“Que sí se ha demostrado de que se involucraron en delitos o son presuntos delincuentes, ahí es donde podría la Fiscalía General, también con todas las limitantes, porque en el caso de Morelos la Corte resolvió de que sólo lo pueden mover si hay un juicio político en el Congreso, y como en el Congreso no hay dos terceras partes no se puede, sólo si hay delitos del fuero común, y también en esos casos solicita las Fiscalía General que se extienda, entregue la orden de aprehensión y los jueces no lo hacen”.
O, en su caso -ofreció el mandatario- los fiscales podrían reivindicarse por ellos mismos porque: “hasta las piedras cambian de modo de parecer”.
López Obrador dijo que hay algunas situaciones en las que los nuevos gobernadores llegan al poder y les dicen a los fiscales:
“Yo quiero que me ayudes porque tú trabajaste con el gobernador anterior, por qué no presentas tú renuncia’, y lo hacen y el Congreso nombra a otra persona, pero no es fácil”.
Y sobre el caso del fiscal tamaulipeco dijo que se nombró en el sexenio de García Cabeza de Vaca y todavía dominado por el exgobernador, pero el actual gobernador morenista Américo Villareal “está pendiente” de su actuar.