La Secretaría de Turismo de Quintana Roo está tomando medidas decididas para garantizar la seguridad y la integridad de los visitantes en el estado. En este sentido, se está promoviendo la certificación de un código de conducta y protocolo de actuación para la prevención de la trata de personas en los centros de hospedaje, aseguró Omar Govea Hernández, subsecretario de Planeación Turística, busca asegurar que los establecimientos turísticos no sean utilizados como lugares para cometer delitos de esta naturaleza.
“Esto es importante para garantizar que nuestro destino sea seguro, en ese momento el código de conducta es voluntario, estamos trabajando para que sea incorporado en los protocolos de actuación, la intención es que todos los prestadores de servicios y hospedaje puedan incorporarse a esto”, afirmó Govea Hernández.
Se espera que las más de siete mil empresas registradas en el Registro Turístico de Quintana Roo (Retur Q) cumplan con esta certificación. Aunque algunas cadenas hoteleras ya han adoptado estándares internacionales, como los promovidos por ECPAT en México. ECPAT es una red internacional de protección contra la explotación de menores en viajes y turismo. Hasta el momento, más de 50 hoteles en Quintana Roo se han unido a esta iniciativa.
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El compromiso de luchar contra la explotación de menores en el turismo no se detiene en la certificación. En colaboración con el Senado, se está analizando la posibilidad de regular legalmente al sector empresarial en la denuncia de estos delitos. La diputada Maritza Basurto Basurto señaló que se busca reformar el Artículo 192 Quater del Código Penal del Estado para endurecer las penas, llegando hasta 45 años de prisión y multas significativas para aquellos que promuevan el turismo sexual infantil. Se pretende imponer penas más severas para quienes tengan vínculos familiares con las víctimas potenciales.
Además, se está trabajando en la regulación del hospedaje a través de plataformas digitales, como parte de la estrategia para prevenir estos delitos. Estas plataformas, como Airbnb, a menudo presentan desafíos en términos de vigilancia y control, lo que las hace propensas a ser utilizadas en actividades ilegales. Airbnb se ha convertido en la primera plataforma en firmar The Code de ECPAT, comprometiéndose a seguir sus criterios rectores diseñados para reducir el riesgo de explotación sexual y trata de niños.
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