Es una semana decisiva para la democracia.
Está en juego la vigencia del recto manejo de recursos públicos y la credibilidad del sistema de los partidos, trátese de alianzas o individualmente.
Por partes:
La Corte, en una decisión republicana, ordenó operar con cuatro comisionados al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
Con Blanca Lilia Ibarra deberá desahogar en días más de seis mil de los ocho mil casos pendientes de dictamen, porque Andrés Manuel López Obrador ordenó al Senado no designar tres consejeros para integrar el quórum.
Es su mundo ideal, dijo al dar su instrucción, de no tener supervisión de programas gubernamentales, del comportamiento de los funcionarios, de la supervisión del gasto, de informes a la sociedad del quehacer público…
Los cuatro comisionados dignos de homenaje por su gallardía –Blanca Lilia Ibarra, Adrián Alcalá, Oscar Mauricio Guerra, Rosendoevgueni Monterrey– atenderán lo urgente.
Pero no es todo.
PRESUPUESTO AL 50%
La embestida apenas comienza.
No fue posible el pleno por mandato presidencial, pero operarán con menos y esto encarna muchos aspectos delicados para su supervivencia, la transparencia y la democracia.
En primer lugar, viene el peor ataque: reducirle el presupuesto tal vez a menos de la mitad de los mil millones para impedirle realizar muchas de sus funciones.
–Ya ven que con cuatro comisionados se puede… -dirá ya saben quién.
Raro, pero esta restricción no se prevé para el INE -para la Corte de Norma Piña sí- porque ya no están Lorenzo Córdova ni Ciro Murayama y hoy hay una aliada conocida como santa judas Taddei, afín a la 4T.
Mil millones son muchos, repite hasta el cansancio Andrés Manuel López Obrador en busca de un golpe mortal al Inai, pero no critica los mil 900 millones de prerrogativas a Morena este año y los previsibles tres mil 159 millones para el próximo.
Más de tres veces, más la suma de gastos indebidos, del gobierno y de manos extrañas para fortalecer a las corcholatas presidenciales, estatales, de municipios y de congresos.
DUDAS ALIANCISTAS
Hay otro elemento:
La credibilidad en la democracia depende de los partidos políticos, tanto los gubernamentales -Morena, Verde, PT y presumiblemente MC de esquirol- y los opositores PAN, PRI y PRD.
Si sus procesos no convencen, si al final del despilfarro de las corcholatas se impone el inevitable dedazo de Palacio Nacional, poco convencerá a la nación la designada.
Eso deben cuidarlo ellas –Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal– pero sobre todo el Presidente y su personero en Morena Mario Delgado.
El Frente Amplio por México también corre riesgos muy serios.
A los problemas de postulación, las dificultades para inscribir voluntarios y cuestionamientos a aspirantes calificados y descalificados, hoy se han sembrado más dudas.
Hay una campaña de arriba abajo, de este a oeste para imponer a la priista Beatriz Paredes sobre Xóchitl Gálvez, cuyo manto ciudadano y falta de estructura no le da para cubrir las viejas triquiñuelas.
Deben saberlo: la tlaxcalteca ha sido dos veces candidata a jefa de GDF y su desinterés en campaña la desmontó de grandes ventajas a grandes rezagos.
¿A eso le apuestan?
Adelante y adiós al Frente y su experimento político-social.