¿Será que la necedad de Samuel García de reconocer que la mayoría en el Congreso local de Nuevo León es opositora -y como tal se maneje- se convierta en un factor de negociación con Dante Delgado?
García ha sostenido diferencias irreconciliables con el Congreso local, que se vieron agravadas por el veto de Adrián de la Garza como candidato a fiscal general del estado.
Esta decisión generó una ruptura entre el Ejecutivo y el Legislativo, a tal grado que los diputados locales y presidentes municipales de oposición se han quejado de una persecución que incluye a sus propios familiares y amigos.
El emecista vetó a de la Garza porque, dijo, su postulación obedecía a un acuerdo político y él no respaldaba ese tipo de negociaciones.
Hasta ahí todo bien.
Pero se le ha ido la mano al presionar a la oposición para que acepte a su preferido reteniendo presupuestos comprometidos a los municipios.
Los únicos que pierden en este pleito son los habitantes de los municipios gobernados por PRI y PAN.
Ayer estuvieron en Monterrey Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, en apoyo a sus diputados y alcaldes, luego de que éstos acudieran el martes pasado a San Lázaro en busca de apoyo.
Ya le advirtieron a García que no le darán autorización para separarse del cargo si busca ser candidato a gobernador.
El pleito es de verdad.
¿Habrá negociación al final?
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Tal como lo habíamos comentado en este espacio hace algunas semanas, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) revocó las medidas cautelares ordenadas por la Comisión de Quejas y Denuncias (CQD) del INE en contra del empresario Ricardo Salinas Pliego.
La CQD había ordenado al CEO de Grupo Salinas que bajara o eliminara de su cuenta personal de X (antes Twitter), los mensajes dirigidos a la senadora Citlalli Hernández, quien se quejó ante el INE por presunta “violencia política de género’’ y discriminación por su aspecto físico.
La legisladora de Morena argumentó que los mensajes publicados por Salinas Pliego “afectaban el desempeño de su cargo’’.
“La CQD declaró procedente la medida cautelar y ordenó el cese de la conducta porque, desde su perspectiva, configuraban gordofobia y body shaming o vergüenza corporal, así como violencia simbólica’’, precisó el Tribunal.
El empresario acudió entonces al TEPJF, que por mayoría de votos de la Sala Superior (4-3), revocó el acuerdo debido a la falta de competencia de la autoridad responsable.
En síntesis, no se encontró que los mensajes del empresario tuvieran una incidencia en su labor como senadora o dirigente partidista ni con alguna aspiración política o proceso electoral determinado.
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Una noche de hace muchos años, llegó a la antigua redacción de El Economista Antonio Neri Licón, “Nerilicón’’, un talentosísimo caricaturista, que publicaba ya en el diario hacía varios meses.
Llevaba un precioso perro afgano, para presumirlo al director y a quien se encontrara en el camino.
Tuvo la mala suerte de que fuera yo el primero en verlo subir la escalera que llevaba a la redacción.
– ¿A dónde vas con ese animal? -, pregunté.
-Voy a ver a Luis Enrique (Mercado, el director)-, respondió.
-Le estoy preguntando al perro-, le reviré.
Y en ese tono fue nuestra amistad de años, interrumpida ayer por su inesperada partida de este mundo terrenal.
Buen viaje, figura.