Al analizar las estadísticas de la Unidad de Política Migratoria del gobierno federal hasta noviembre de 2023, se revela que el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) ha registrado el rechazo de 815 extranjeros. Esta situación ha despertado inquietudes, especialmente en lo que respecta a las políticas migratorias implementadas en la región.
La mayor parte de los rechazos provienen de ciudadanos brasileños y guatemaltecos, sumando un total de 277 y 165 casos, respectivamente. Estas dos nacionalidades representan más de la mitad de los rechazos en el AIC.
Le siguen hondureños, beliceños, salvadoreños, cubanos, ecuatorianos, dominicanos y colombianos, siendo este último grupo objeto de especial atención debido a casos previos de maltrato y acusaciones de extorsión por parte de agentes migratorios.
Recientemente, se ha hecho eco de un nuevo incidente de rechazo presuntamente injustificado de un ciudadano colombiano en el Aeropuerto Internacional de Cancún, subrayando la persistencia de este problema.
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Examinando las prácticas migratorias en Cancún
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en octubre del año pasado contra el Instituto Nacional de Migración por violaciones a la seguridad jurídica y el derecho de tránsito en el caso de una familia colombiana.
Aunque la cifra de rechazos a ciudadanos estadounidenses es relativamente baja, con solo 13 casos, contrasta notablemente con el alto número de visitantes estadounidenses que ingresaron por Cancún, alcanzando los 5 millones entre enero y noviembre de 2023.
La proporción de rechazos entre ciudadanos latinoamericanos, con apenas un millón de visitantes en el mismo periodo, es significativamente mayor, planteando interrogantes sobre las prácticas migratorias y generando preocupaciones sobre posibles violaciones a los derechos humanos.
Artículo original publicado en El Economista