Hoy, 14 de febrero, Día de San Valentín, Día del amor y la amistad, coincide también con la imposición de la Cruz de Ceniza en las iglesias católicas cristianas en México.
Y no podemos negar que la coincidencia se torna romántica respecto al amor de Dios a la humanidad (según la teología de esta religión), quien perdona las transgresiones cometidas tras un periodo en el cual el pueblo celebró fiestas carnales.
Debemos subrayar que la fecha no puede desligarse de la religión, ya que San Valentín formó parte del calendario santoral romano, un joven sacerdote que al parecer casaba parejas en secreto contraviniendo un decreto del emperador.
¿Quién fue San Valentín?
Siguiendo con esta vertiente cristiana hay que mencionar que, según registros de santos católicos retomado por un medio electrónico nacional, existen 11 llamados Valentín; tres de ellos, relacionados con mensajes de amor.
“El San Valentín que celebra la Iglesia, el San Valentín de Roma, tiene más que ver con la historia de un médico que se hizo sacerdote”, explica el estudioso de la hagiografía Thiago Maerki, investigador de la Universidad Federal de San Pablo, a un medio británico.
Precisa que, en contra de una ley del emperador Claudio II “El Gótico”, en la Roma del siglo III, que prohibía a los jóvenes casarse para enlistarse al ejército, él siguió celebrando bodas entre soldados.
Este Valentín logró que muchos se convirtieran al cristianismo y asistir a los presos antes de ser torturados y ejecutados.
Según la revista especializada, al ser descubierto fue arrestado y confinado en una mazmorra donde el encargado lo retó a devolverle la vista a su hija Julia.
El sacerdote aceptó el reto y en el nombre de Dios devolvió la vista a la joven, haciendo que esta familia se convirtiera también al cristianismo.
A pesar del milagro, Valentín siguió preso y el 14 de febrero de 269 fue lapidado y decapitado.
La leyenda cuenta que Valentín, enamorado de Julia, envió una nota de despedida a la muchacha en la que firmaba: “De tu Valentín”, de ahí la expresión anglosajona con la que se firman las cartas de amor: “From your Valentine”.
Julia, agradecida, plantó un almendro que dio hermosas flores rosadas junto a la tumba de su amado, de ahí el simbolismo de este árbol para expresar el amor y la amistad duraderos, expone National Geographic.
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¿Celebración de origen pagano?
Según algunos historiadores, el origen de la fiesta de San Valentín sí fue en la antigua Roma, pero se trataba de la celebración de las lupercales, también llamadas lupercalia.
Estas se celebraban ante diem XV Kalendas Martias, lo que equivalía al 15 de febrero.
Al parecer la palabra proviene de lupus (lobo), un animal que representaba al dios Fauno, que tomó el sobrenombre de Luperco y de hircus, por el macho cabrío, un animal impuro.
Los acólitos se reunían en una cueva sagrada y, siguiendo la tradición, el sacerdote sacrificaba una cabra.
A continuación, los niños salían a la calle para azotar a las mujeres con la piel de los animales para incentivar su fertilidad.
Otra teoría remonta el origen de San Valentín a una fiesta romana llamada Juno Februata, en la cual era costumbre que los jóvenes varones escogieran el nombre de su pareja durante esos días extrayendo de una caja un papel con el nombre de la muchacha en cuestión.
Estas uniones sexuales temporales a veces acababan en matrimonios duraderos.
Cambios ante la duda
National Geographic cita que existen otras historias sobre el día de los enamorados.
Una de ellas atribuye su origen al poeta del siglo XIV Geoffrey Chaucer.
En su obra The Parlament of Foules (El Parlamento de las aves), el autor incluye una serie de versos que dicen lo siguiente: “Porque es el día de San Valentín, cuando cada pájaro viene a escoger a su pareja”.
Para 1969, Pablo VI y tras el Concilio Vaticano II, San Valentín fue eliminado del calendario católico ante las dudas que existían sobre el origen pagano de su historia.