Pescadores de Puerto Juárez enfrentan doble crisis.
a establecimientos donde prestan servicio en Puerto Juárez desde hace varias décadas tendrá que ser desalojada próximamente. Credit: Licety Díaz / 24 HQR

José de Jesús Pérez Alejandro, tiene la piel curtida por el Sol, estas son las marcas de su trabajo por las cientos de veces que salió a pescar. Ahora, como otros pescadores enfrenta serios problemas.

Él es originario de Tabasco y dice con orgullo dedicarse a este oficio por toda una vida, desde los 13 años.

A sus 84 años y 38 de vivir en Cancún, dijo que ya por su edad debió dejar la mar y ahora trabaja en tierra, desde hace cuatro años presta su servicio en el restaurante El Cubano de Playa del Niño.

Pescadores en aprietos

“Ahora va a pasar el huracán Beryl, por eso ya estamos previniendo, ayer ya se llevaron un poco de mesas y sillas”, dijo.

“Y hoy completamos esa encomienda desmontando todo lo que se pueda en el área de la cocina”, comentó.

Recuerda que su trabajo mar adentro era con palangre, luego con las redes más cerca de la playa hasta que con el pasar del tiempo optó por quedarse en el restaurante que presta servicio al sector-.

Además comenta que “ahora ha crecido mucho el negocio de la pesca en Puerto Juárez”.

Y estima que hasta la zona de los barcos camaroneros hay mil lanchas, sin embargo, no reciben apoyo del gobierno para sacar sus embarcaciones cuando hay mal tiempo.

Los preparativos

Para la contingencia también se está preparando allá en su casa sobre la avenida Francisco I. Madero, conocida popularmente como Ruta 4.

“Tengo para comprar tres o cuatro kilos de frijol, aceite, arroz, carne no, porque si se va la corriente se echa a perder”, dijo.

También agregó que “agua tengo listo mis cinco garrafones que llené en la purificadora de agua porque la de los camiones es muy cara y con eso ya me preparo”.

Por otra parte, le preocupa el chance que hasta septiembre próximo les dieron a los pescadores de palangre de la zona para que quiten sus bodegas.

Preocupaciones

Así como también los restaurantes que están en el sitio.

“No se sabe cómo le vamos a hacer, en mi caso yo tengo mi bodega acá, estoy viendo cómo voy a llevar los bidones de 50 litros”, agregó

“Así como las artes de pesca a mi casa porque el transporte mío es una bicicleta”, dijo.

Cada uno necesita saber dónde acomodarse con su lancha, aunque las embarcaciones sí se pueden quedar en el mar.

Además le preocupa porque hay mucha rapiña, no se pueden dejar los motores porque se puede correr el riesgo de que se lleven la cola.

La pieza tiene un costo de 60 mil pesos, que aquel que lo roba, como no le costó, lo venderá a mitad de precio y nunca falta alguien interesado en una ganga.

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