Apoya Biden a Kamala Harris.
El presidente demócrata con la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris. Credit: Brendan Smialowski / AFP

El presidente Joe Biden anunció este domingo que respalda a su vicepresidenta, Kamala Harris, como candidata del Partido Demócrata a la Presidencia, luego de abandonar la carrera por la Casa Blanca.

“Hoy deseo ofrecer mi total apoyo y respaldo a Kamala (Harris) para que sea la nominada de nuestro partido este año”, señaló el mandatario en la red social X.

Pide apoyar a Kamala

“Compañeros demócratas, he decidido no aceptar la nominación y concentrar todas mis energías en mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, apunt.

“Mi primera decisión como candidato del partido en 2020 fue elegir a Kamala Harris como mi vicepresidenta. Y ha sido la mejor decisión que he tomado”, dijo.

“Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas, es hora de unirnos y derrotar a Trump. Hagámoslo“, concluyó su mensaje.

Tira la toalla

Biden anunció este domingo que renuncia a presentarse a la reelección después de semanas de especulaciones sobre su capacidad física y su agilidad mental, sumiendo al Partido Demócrata en la incertidumbre.

El demócrata de 81 años engrosa así el club muy restringido de presidentes estadounidenses salientes que tiraron la toalla en su intento por conseguir un segundo mandato.

Devoto católico

“¡Cuando te tiran, te levantas!”. Esta frase, pronunciada al día siguiente de su desastroso debate contra Donald Trump lo dice todo sobre Joe Biden, un presidente optimista y tenaz que quiso “salvar el alma” de Estados Unidos.

“Aunque fue mi intención buscar la reelección, creo que es en el mejor interés de mi partido y del país retirarme (de la contienda) y enfocarme únicamente en cumplir mis tareas como presidente por el resto de mi mandato”, dijo Biden en una carta pública, cediendo a semanas de una fuerte presión en la batalla por su supervivencia política.

Este católico devoto dijo que sólo Dios podría convencerlo de renunciar a su candidatura presidencial. Pero el demócrata de 81 años claudicó finalmente ante un adversario imposible de derrotar: la edad.

Un final cruel para un hombre que lleva medio siglo en política.

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