La ausencia de una Norma Oficial, reglamento o marco jurídico que regule el uso y aprovechamiento del sargazo impide que cualquier proyecto, producto o emprendimiento basado en esta macroalga tenga repercusiones económicas y ambientales significativas; además de que dificulta su comercialización o exportación.
Afirmó lo anterior Esteban Amaro Mauricio, director de la Red de Monitoreo del Sargazo de Quintana Roo.
El hidrobiólogo explicó que si esta planta marina estuviera incluida en la Carta Nacional Pesquera, su aprovechamiento y utilización serían mucho más viables.
Sin embargo, lo ideal es que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el gobierno estatal desarrollen instrumentos normativos que establezcan directrices generales para el manejo integral del sargazo como residuo.
De esta forma, consideró, se dará cumplimiento al Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos de Manejo Especial 2022-2024.
“Hasta ahora no hay nada que nos diga que el sargazo es un recurso pesquero, una materia prima o un residuo. Todo eso se tiene que clasificar muy bien”.
“Pero el problema es que el sargazo, al llegar a la franja costera, viene cada vez más contaminado con metales pesados y microplásticos, convirtiéndose en un problema de contaminación marina”.
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Recolección de sargazo y normativa internacional
Si se recolecta en alta mar, el sargazo podría considerarse un recurso pesquero, ya que está vivo en el agua.
Sin embargo, cuando llega a las playas y muere se convierte en residuo, lo que requiere la creación de una normativa adecuada y la consideración de la legislación internacional respecto a las aguas de donde se extrae.
Amaro Mauricio enfatizó la importancia de abordar el tema desde una perspectiva regional, como el Caribe, para unir esfuerzos en la gestión del sargazo.
Obligatoriedad y Marco Jurídico
Alfonso Campos Arjona, director de un despacho jurídico en Quintana Roo, destacó la necesidad de una regulación clara.
En sus 10 años en la entidad, dijo, ha observado cómo se han desaprovechado oportunidades debido a la falta de normativa.
Campos Arjona subrayó que, aunque existen estrategias y lineamientos, la naturaleza jurídica actual no es obligatoria.
“Los lineamientos de la Semarnat y la estrategia del Estado de Quintana Roo dicen que se puede hacer algo; pero sin un certificado jurídico, ningún empresario o emprendedor se arriesgará a invertir”.
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México está en proceso de crear su primera normativa para el sargazo, pero la Semarnat ha mostrado retrasos. Afortunadamente, la gobernadora Mara Lezama ha insistido en la necesidad de elaborar una normativa específica para Quintana Roo.
“Es necesario generar una normatividad estatal que considere al sargazo como residuo para su tratamiento desde la recolección, transporte y disposición final, así como para fines industriales”, afirmó Campos Arjona.
Al llegar a la costa y morir, el sargazo se convierte en un residuo de competencia estatal, y debe ser manejado como un residuo especial, no peligroso ni urbano.
En el mar, es competencia de la Federación, que debe coordinarse con el estado para proporcionar certeza a las empresas mediante un certificado de origen. “Si hay voluntad política, solo falta el recurso”, concluyó Campos Arjona.