La conferencia de prensa denominada La Mañanera, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, es un ejercicio de comunicación único en el mundo. Ningún Gobierno en ninguna latitud se había atrevido a crear un poderoso aparato de información que se opusiera al establishment mediático, como lo hizo el político tabasqueño, con errores y con aciertos.

Pablo Iglesias Turrión, vicepresidente segundo del Gobierno de España (2020-2021) y luego cabeza del proyecto Canal Red, uno de los medios de comunicación alternativos e independientes que han encontrado en el videopodcast uno de los formatos más adecuados para el análisis de medios, ha dicho en una entrevista que le dio a Julio Hernández “Astillero”, que La Mañanera será un fenómeno mediático que será estudiado en tesis de maestrías e investigación en doctorados.

Desde su lanzamiento al principio del Gobierno obradorista, La Mañanera entró en conflicto con los medios tradicionales, que tomaron la determinación de no darle cobertura. Quisieron enviarle un mensaje a López Obrador, pero se equivocaron. El Presidente no tuvo que recurrir al sistema de medios tradicionales del estado mexicano para la comunicación oficial; tomó como amplificador las “benditas redes sociales”, desde donde inició un estilo diferente de informar.

Por primera vez, como no se había visto en la historia de México, los periodistas acreditados en Palacio Nacional, sede de La Mañanera, tuvieron a la mayoría de funcionarios de primer nivel a su disposición. Y se enteraron, como toda la población que ve La Mañanera, del avance e inversión en obra pública; de política exterior; del precio de los energéticos y el reporte de seguridad nacional, entre muchos otros temas.

La Mañanera duró el sexenio de López Obrador (2108 – 2024) y la duda era si Claudia Sheinbaum Pardo la conservaría. La virtual presidenta electa confirmó que va a seguir con este proyecto de comunicación. 

El pasado 1 de agosto, Sheinbaum Pardo presentó los resultados de una encuesta realizada por Morena; el 33.1 por ciento de los ciudadanos que la respondió, están de acuerdo en que continúe con La Mañanera de lunes a viernes; en el horario de 7 a 9 de la mañana (45.1 por ciento). Sobre lo que prefieren que informe en las conferencias de prensa, la seguridad, salud, economía y educación, en ese orden, son los temas de más interés.

Para la ex jefa de Gobierno, estos resultados no definirán el formato de la conferencia de prensa, ni el horario, frecuencia y temas a tratar. Envía este mensaje sobre todo a los empresarios de los medios de comunicación, con quienes estaría buscando la reconciliación rota por su mentor político. Las entrevistas que dio a Televisa, Milenio y Radio Fórmula, en febrero, antes de iniciar su campaña son un indicio; y las conferencias de prensa que ha concedido como virtual presidenta electa, en la que están presentes los reporteros de los medios tradicionales, confirman que habrá una tregua en la guerra mediática que desencadenó el oriundo de Macuspana.

Esa tregua estará condicionada por el gasto en publicidad oficial, un aspecto que no cambió con el Gobierno de López Obrador, pues siguió invirtiendo de forma discrecional, como lo hicieron sus antecesores en la Presidencia de México.

Hasta que asuma el poder, La Mañanera de Sheinbaum Pardo será una incógnita, en cuanto al formato, aunque no debe dejar de lado que ese ejercicio de comunicación, en palabras del investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Francisco José de Andrea Sánchez, evitó los filtros ideológicos de los medios de comunicación y la censura distorsionada de los mensajes presidenciales; permitió espontaneidad y se constituyó como un canal de respuesta muy ágil a crisis inesperadas.

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