Con una sobrerrepresentación de 97 por ciento de los votos, Alejandro Alito Moreno Cárdenas se hizo dueño de lo que queda del PRI, este domingo 11 de agosto.
El partido entra a su etapa de franquicia y se equipara ahora con los partidos Verde, PT y MC que también cuentan con propietario privado: el ex niño verde Jorge Emilio (socio y asesor de Alito), Alberto Anaya (único dirigente desde que nació en 1990) y Dante Delgado (único dirigente desde que nació en 1999), respectivamente.
Eso sí, Alito salió corriendo de la asamblea priista para llegar a la marcha rosa en las afueras del INE, y protestar contra la sobrerrepresentación de la 4T en las cámaras de diputados y senadores.
Ahora, el otrora partidazo de los colores de la bandera nacional se restringirá a ser el negocio-franquicia personal del político fajador campechano.
¡Ah qué Alito!, ni siquiera le permitió a la fórmula patiño, al menos un 15-20 por ciento para guardar mínimamente las formas; apenas le concedió el 3 por ciento.
En el proceso tan inverosímil como tragicómico, Alito y Carolina Viggiano obtuvieron 440 votos, contra ocho(¡!) de la fórmula Lorena Piñón-Cuauhtémoc Betanzos, quienes a su vez están listos para cobrar por jugar el papel asignado en pago por evento.
El primer bistec de Alito
Una vez consumada esta elección, Alito va sobre su primer bistec, que es sumarse a la mayoría morenista en el Congreso de la Unión, para alcanzar y copeteado el Plan C, aunque en su discurso de ungimiento afirmó que el nuevo PRI será “un feroz opositor”.
Y los opositores internos a Alito han presentado recursos de inconformidad para que las autoridades electorales desconozcan el proceso, pero cada vez que puede el campechano les dice sus verdades de corrupción, aunque él sea tres veces peor en comparación con quienes lo acusan.
En fin, esta rocambolesca historia priista marca la última fase del cáncer terminal que padece el PRI, pero con la vida artificial que le dará el mismo morenismo oficial, Alito tendrá su negocio propio por algunos años, con una subvención asegurada de mil 200 millones de pesos, con el riesgo de que le pase lo que al PRD, el gran partido de la izquierda que secuestraron “los Chuchos” hasta que se lo acabaron en estas elecciones 2024, al perder su registro.
Se desfondó la Marea Rosa
Mientras tanto, la marea rosa se desfondó, con la marcha de la vergüenza del mismo domingo 11 de agosto pasado, anunciada para protestar contra la sobrerrepresentación de Morena y aliados. Ahora sí, a ver cuál será el futuro de lo que iba a ser el partido rosa de Claudio X y Guadalupe Acosta Naranjo; como mezclar el agua y el aceite.
Sin embargo, el panorama se puso oscuro con el caso Mayo Zambada, que continúa elevando el nivel del agua a la línea de flotación de cuando menos el financiamiento del poder del narco a campañas electorales. Usted tiene la última palabra.