La planta de tratamiento de aguas residuales Centenario, ubicada en Chetumal, ha sido señalada por ambientalistas de estar saturada y generar un impacto ecológico negativo en La Sabana de la ciudad, un cuerpo de agua de aproximadamente 60 hectáreas.
De acuerdo con las denuncias y material fotográfico que han difundido, el 10% de esta área al noroeste de la capital del estado, muestra signos de contaminación por aguas negras, lo que afecta gravemente el ecosistema local.
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Planta invasora
En noviembre de 2023, un programa piloto de la Universidad Autónoma de Quintana Roo reveló que la proliferación de plantas invasoras como el jacinto de agua y la lechuguilla de agua se debe a la contaminación de aguas residuales en el humedal. Expertos como el biólogo Arturo Bayona Miramontes, integrante del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM) advierten que los nutrientes vertidos por la planta de tratamiento han aumentado el problema.
Estas plantas invasoras han provocado un proceso de eutrofización en La Sabana, caracterizado por el crecimiento descontrolado de macroalgas y microalgas. Este es un fenómeno alarmante, ya que altera la composición de la comunidad biológica del cuerpo de agua, causando efectos a nivel ecológico, sanitario y económico. Este proceso es una de las principales causas de contaminación de lagos y embalses en el mundo.
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Planta opera al 70%
Cuestionado sobre las pruebas presentadas del rebosamiento de aguas residuales, Alberto Covarrubias Cortés, director de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), sostiene que la planta de tratamiento opera al 60 o 70% de su capacidad, y asegura que está cumpliendo con los estándares establecidos por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Covarrubias Cortés afirmó que la planta no está ni cerca de sobrepasar su capacidad y que se están llevando a cabo trabajos de rehabilitación para evitar posibles fallos en los procesos.
Respecto a las acusaciones de que la planta está vertiendo agua contaminada en La Sabana, el funcionario reiteró que las operaciones se ajustan a los estándares normativos y se mostró abierto a una inspección de las instalaciones, “siempre y cuando se coordine con anticipación y se incluyan análisis de laboratorio para corroborar la calidad del agua”.
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Preocupación en general
Sin embargo, los efectos visibles en el humedal han generado preocupación entre la comunidad y los ambientalistas locales, quienes advierten que es crucial se realicen estudios independientes para evaluar el verdadero impacto de la planta de tratamiento en este valioso cuerpo de agua y se tomen las medidas necesarias para mitigar cualquier daño.
La planta Primer Centenario de Chetumal tiene la capacidad de recibir un caudal máximo de 120 litros por segundo, proveniente de tres estaciones de bombeo que operan de forma alterna: el cárcamo de Ocho, el cárcamo final en la Avenida 4 de Marzo y el cárcamo del fraccionamiento Caribe.
Fue inaugurada en 1999 para una población de 150 mil habitantes; sin embargo, la ciudad ha crecido hasta alcanzar los 200 mil habitantes, lo que pone en duda su capacidad actual, y según Bayona Miramontes, la planta de tratamiento no está diseñada para manejar la carga actual de la urbe.
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Riesgo sanitario
“La planta está funcionando por encima de su capacidad, lo que limita la eficacia del tratamiento de las aguas residuales. Este sobreesfuerzo provoca que los procesos internos no puedan filtrar adecuadamente las aguas, resultando en la contaminación de La Sabana”, indicó.
El también analista fisicoquímico del agua, añadió que la sobrecarga de la planta no sólo afecta la calidad del agua, sino que también representa un riesgo biológico.
“La acumulación de excrementos y orina de origen humano, así como de otras sustancias nocivas, puede derivar en la proliferación de bacterias peligrosas para la salud. Si estas aguas contaminadas percolan, es decir, se mueven a través de un medio poroso hacia el manto freático, podrían afectar las fuentes de abastecimiento de agua de la ciudad, lo que representaría un grave riesgo para la población”, advirtió.
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Aguas negras
El biólogo también destacó la problemática de las aguas grises, que suelen mezclarse con las aguas negras en el proceso de tratamiento.
“Las aguas grises, provenientes de lavadoras y fregaderos, deberían recibir un tratamiento diferente al de las aguas negras. Sin embargo, en Chetumal, como en otras ciudades de Quintana Roo, el sistema de tratamiento de aguas no ha evolucionado desde que se construyó la ciudad, lo que agrava aún más la situación”, concluyó./ 24 Horas
Cita y cifras:
“La acumulación de excrementos y orina de origen humano, así como de otras sustancias nocivas, puede derivar en la proliferación de bacterias peligrosas para la salud”, Arturo Bayona Miramontes, Biólogo
150,000 habitantes fue diseñada para atender la planta Centenario.
200,000 personas viven actualmente en la cabecera de Othón P. Blanco.