Universidades del Bienestar.
Las carreras impartidas en las Universidades del Bienestar son seleccionadas por los propios habitantes de las comunidades rurales. Credit: Especial.

El delegado de los Programas para el Bienestar en Quintana Roo, Arturo Abreu Marín, anunció que las Universidades para el Bienestar Benito Juárez en el estado no sólo continuarán operando, sino que se fortalecerán con la expansión de sus cinco sedes actuales.

Estas instituciones, creadas para ofrecer educación superior gratuita en comunidades rurales, seguirán siendo prioridad para proporcionar carreras alineadas con las necesidades del mercado laboral local.

Abreu Marín explicó que las carreras impartidas en estas universidades son seleccionadas por los propios habitantes de las comunidades rurales.

De esta manera, dijo, se garantiza que los egresados puedan incorporarse al mercado laboral sin dificultades.

“Son las comunidades y los pueblos indígenas quienes determinan las carreras, asegurando que la educación impartida sea relevante y útil para su entorno”.

Inversión y compromiso federal

La inversión federal destinada a estas universidades en Quintana Roo asciende a casi 90 millones de pesos, recursos administrados directamente por las comunidades.

Esta cifra también incluye las becas económicas mensuales otorgadas a los estudiantes.

Sedes y matrícula de las Universidades del Bienestar

Las cinco sedes de las Universidades para el Bienestar en Quintana Roo se ubican en:

  • Lázaro Cárdenas (Kantunilkín).
  • Solidaridad (Playa del Carmen).
  • Felipe Carrillo Puerto (Chan Santa Cruz y Tihosuco).
  • Othón P. Blanco (Pucté).

Existe una matrícula total de 938 alumnos y 33 docentes; estas instituciones ofrecen cinco carreras profesionales.

Los terrenos para las nuevas instalaciones, que abarcan 26 hectáreas, han sido donados por ejidos y autoridades municipales.

Cada sede cuenta con un director que supervisa las operaciones diarias, mientras que la coordinación general de los programas educativos está a cargo de la doctora Raquel Sosa, quien ha liderado este proyecto desde sus inicios.

Flexibilidad educativa

Abreu Marín también destacó la flexibilidad de estas instituciones, que les permite adaptarse a las necesidades cambiantes de las comunidades.

“Si una comunidad expresa nuevos intereses educativos, se pueden ajustar las carreras ofrecidas o transferir a los estudiantes a otras universidades más adecuadas para sus necesidades”, añadió.

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