Credit: Especial. / FGE

Explotados, con muy poca comida y privados de su libertad vivían cuatro adolescentes en Cancún, el paraíso turístico del que todos hablan pero cuyas entrañas esconde horrores como la trata y la explotación infantil.

Estos pequeños, para los que la escuela y la diversión se convirtieron en utopía, eran obligados a trabajar jornadas de hasta 16 horas en varias tortillerías.

Como si no importara su naturaleza infantil, arriesgaban la vida encendiendo molinos de gas, cargando bultos de 50 kilos de masa. Únicamente podían comer si iban a trabajar.

Durante sus largas jornadas eran vigilados por varias cámaras y una mujer llamada Mónica; después, eran llevados a un cuarto de azotea.

Piden auxilio desde la azotea

Los adolescentes son originarios de Chiapas, fueron traídos a Cancún con la promesa de un empleo por el que recibirían un salario de 2,000 pesos semanales.

Una vez instalados en un cuarto de azotea, los llevaron a trabajar a varias tortillerías, sin día de descanso y con dobles jornadas.

Los cuatro expresaron su deseo de volver a casa, pero en lugar de dejarlos ir, sus captores los encerraron sin proporcionarles alimentos por más de 24 horas.

Al terminar eran encerrados en el cuartito de un inmueble ubicado en la Supermanzana 231. Desde ahí, se animaron a gritar por auxilio.

Liberación de adolescentes explotados

El sábado 24 de agosto pasado, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo informó sobre la detención de Mónica “N”, por su presunta participación en el delito de explotación laboral.

El Grupo Especializado en Atención a la Violencia Familiar y de Género (Geavig) de Benito Juárez había rescatado a los cuatro adolescentes.

Ellos pedían ayuda desde la azotea del inmueble de la Supermanzana 231 y afirmaron que Mónica era la mujer que los supervisaba durante la jornada.

Cuando los menores fueron hallados aseguraron que no habían probado alimentos desde el día anterior.

Mónica, vinculada a proceso por explotación

Según las investigaciones de la Fiscalía Especializada en Combate a Delitos de Trata y Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes, los menores fueron reclutados en Chiapas y traídos al municipio de Benito Juárez.

Tras su llegada, los colocaron para trabajar en diversas tortillerías con jornadas de hasta 16 horas, en las que todo el tiempo debían permanecer de pie, bajo amenaza de castigo si desobedecían.

Tras analizar todos los datos de prueba, la autoridad judicial determinó vincular a proceso a Mónica “N”, a quien además impuso la medida cautelar de prisión preventiva por el término de dos años.

Los adolescentes ya fueron devueltos a sus padres, quienes desde hace varios meses no sabían nada de ellos.

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