Precisamente el día del Descubrimiento y Conquista de América, 12 de octubre, Morena instala el decálogo en Quintana Roo y va en procesión por todos los estados a promover su introyección y cumplimiento.

Pregunta obligada: y los verdes ¿cómo le van hacer? Ellos están impedidos a cumplirlo; de hecho, violan esos principios cotidianamente.

Sobre todo, en el punto octavo: “Repudio a la privatización de los servicios públicos”, si en cada municipio verde todo se concesiona: uno de los negocios favoritos de los verdes son los servicios públicos. Por ejemplo, en Cancún, Puerto Morelos y ahora en Playa del Carmen, el servicio de la basura está concesionado a la misma empresa favorita de Jorge Emilio González y van por más. Cancún es un ejemplo de los cambios de concesionarios en cada cambio de partido; del PRI al PVEM. Es un ejemplo del modelo de negocio; una mancha que se extiende. 

Nombrada Presidenta Alcalde

Hay regocijo al recibir al hijo del caudillo, como estrella pop, y a Luisa María Alcalde, a quien le regalaron y la instalaron en la dirigencia nacional morenista, sin proceso interno, sin vida partidista propia; un dedazo se diría antes; una mágica imposición, ¡inatacable, intachable! 

La clase política local mantiene ambas líneas: la de Andrés Manuel López y la de Luisa María, además de la secretaria general. Así empieza a navegar Morena en la era post AMLO. Se parece ahora más al PRI, pero en condiciones muy diferentes. A ver si logran construir una tercera opción real, dentro del credo del segundo piso de la transformación.

Alcalde reflexiona en Quintana Roo: “La oposición puede (va a) surgir del interior”. Ante un escenario en donde la oposición está completamente desdibujada. Son una caricatura de sus partidos nacionales, hundidos en la corrupción.

Pero el fuego amigo será fundamental más tarde que temprano; unas de las primeras tribus más identificadas son las de Ebrard y Monreal, juntas y separadas. En Quintana Roo, ¿cómo se va a resolver el tema verde? En caso que se quiera “resolver”. Veremos. 

En su visita, uno por uno, Alcalde Luján desglosó el decálogo: 

Primero, quienes gobiernan por Morena se deben al pueblo y deben realizar audiencias públicas semanales.

Segundo, que cuando exista una decisión difícil se deberá consultar al pueblo.

Tercero, que se informe de manera periódica y con total transparencia, el destino de los recursos públicos.

Cuarto, austeridad republicana. Erradicar privilegios de cualquier persona funcionaria y que nadie podrá ganar más que la presidenta de México.

Quinto, intolerancia a la corrupción y que se deben implementar mecanismos para combatirla y castigarla. Aquí, Alcalde agregó: “no hay cabida al nepotismo, al amiguismo, al influyentismo ni a los aviadores”.

Sexto, el mismo número de hombres y de mujeres en los equipos de gobierno. Con oportunidades para las juventudes.

Séptimo, que todos, todos los proyectos y programas públicos deben estar enfocados en las personas pobres.

Octavo, repudio a la privatización de los servicios públicos. “Se protegen y se mejoran”. Además de que se respetará la naturaleza por encima de los intereses privados y las inmobiliarias.

Noveno, cero represión. O sea que no debe utilizarse “en ningún caso” a las policías para reprimir al pueblo. Además, que los gobiernos morenistas no se involucren con el crimen organizado.

Y décimo, que el poder se ejerce con humildad. “No hay espacio para banalidades”.

De acuerdo con la nueva presidenta de Morena, este decálogo será firmado a partir del 1 de octubre y, durante los primeros cien días a partir de esa fecha, lo firmarán todas las personas que gobiernen en los estados y municipios de México, emanadas del partido Morena. Usted tiene la última palabra.

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