El partido Morena tiene una meta fija y que es crucial para garantizar el triunfo en los procesos electorales venideros, no quiere depender de alianzas y aliados incómodos, para lo cual iniciará con la conformación de una estructura electoral y un padrón de afiliados, lo que le dirá cuál será su voto cautivo.
Hay que recordar que el otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) se mantuvo décadas en el poder por el control que ejercía en los procesos electorales, y lo lograba por medio de la estructura electoral, “la maquinaria” que mantenía aceitada para usar en cada elección.
Pues bien, ese es el objetivo ahora de Morena y para ello le ha marcado una meta a los dirigentes de Quintana Roo, y es lograr un padrón de 153 mil afiliados. La meta en el país es de 10 millones.
¿Qué significa el voto duro o cautivo para un partido? Pues ni más ni menos que esa base de sufragios que les da la certeza y puede triplicar en procesos electorales.
A partir de esa base de votos se garantiza la duplicación de los mismos, labor que se le encomienda a la militancia, el famoso “uno por tres”, o más, el día de la elección.
Ese es el objetivo del organismo político, como el de cualquiera, ya que se busca mantener el poder por lo menos seis sexenios más, es decir, 36 años, tiempo que les permitirá transformar al país y los estados.
Volviendo al tema de los números duros, si cada militante triplica los votos, significa que una militancia de 10 millones se convierta en 30 millones, más lo que se acumule o, por qué no, unos 45 o 50 millones de votos en las próximas elecciones.
Hay que decir que en las elecciones del 2 de junio pasado, Morena se aplicó a fondo en la conformación de estructura, en permear el mensaje y objetivos de la 4T, en la llamada revolución de las conciencias, un primer ejercicio con resultados positivos para cautivar a los futuros representantes de su partido, lo que en el PRI se llama líder de colonia, seccional, o de manzana. Hasta la próxima.