Hoy en día es común el uso de sustancias psicoactivas en una parte de la población del país, debido a múltiples factores, sin embargo es oportuno que se tomen en cuenta algunas recomendaciones de expertos.
Y es que las sustancias psicoactivas son aquellas que, al ser ingeridas, afectan procesos mentales como la percepción y las emociones, lo que puede llevar al abuso y la adicción.
Asimismo, expertos del Centro de Prevención en Adicciones, doctor Héctor Ayala Velázquez de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierten sobre los riesgos asociados a su consumo.
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¿Cómo se desarrolla el consumo?
En el marco de la conferencia “Cuidando mi salud y evitando el consumo de sustancias psicoactivas”, Marco Antonio Callejas García explicó que el uso de estas sustancias puede comenzar de manera experimental y progresar a un uso habitual, llegando incluso a la dependencia.
Esta última etapa implica un deseo intenso por consumir, que puede afectar gravemente la salud física y mental.
Clasificación de las sustancias psicoactivas
Las sustancias psicoactivas se dividen en:
- Depresoras: como el alcohol y la marihuana, que disminuyen funciones del sistema nervioso y pueden causar problemas de memoria y coordinación.
- Estimulantes: como la cocaína y las metanfetaminas, que aceleran el sistema nervioso.
- Alucinógenas: que alteran la percepción sensorial.
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Consecuencias del consumo
Por su partes, la especialista Yeimy Ailin González Aguirre indicó que el consumo de drogas “de inicio”, como el alcohol, puede llevar al uso de sustancias más potentes.
El abuso de estas sustancias no solo afecta la salud física, sino que también puede causar problemas sociales y familiares.
Por ejemplo, el tabaco es una de las principales causas de enfermedades pulmonares, mientras que el uso excesivo de alcohol puede llevar a la dependencia.
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Estrategias para decir NO
Asimismo, Lydia Barragán Torres destacó la importancia de identificar las consecuencias del consumo y los factores que pueden precipitarlo. Para resistir la presión social, se recomienda:
- Decir “no” de manera firme: “No, gracias, estoy priorizando mi salud.”
- Ofrecer alternativas: Sugerir actividades que no involucren consumo, como ir al cine o practicar deportes.
- Explicaciones sencillas: “No puedo beber porque estoy tomando medicamentos.”
- Confrontar si es necesario: “¿Por qué me ofreces esto? Me haces sentir que no te importa lo que digo.”
Mantén una red de apoyo
Finalmente, contar con personas que escuchen y apoyen puede hacer una gran diferencia. Busca actividades gratificantes y saludables para fortalecer tu bienestar.