Las piñatas se alzan como un símbolo de alegría y tradición en el corazón de las festividades decembrinas.
La clásica estrella de siete picos, cargada de un profundo simbolismo, representa los siete pecados capitales, y su destrucción simboliza el triunfo del bien sobre el mal.
En Cancún, un destino conocido por sus playas paradisíacas, esta costumbre perdura gracias al trabajo de artesanos que dedican su creatividad a mantenerla viva.
Las piñatas son un reflejo de tradición
En la avenida Kinik, en la Región 95, varias casas y talleres artesanales se dedican a la elaboración de piñatas.
Entre ellas destaca la historia de María, una mujer originaria de Veracruz que, desde hace 10 años, ha perfeccionado este oficio con dedicación y pasión.
Su proceso creativo, desde la preparación de las bases con papel maché hasta el decorado final, refleja el amor y esfuerzo que imprime en cada pieza.
“Cada vez que llega este mes, me preparo. Voy a la papelería a comprar papeles de muchos colores y maché, recaudo papel periódico y cartón para preparar la base de la piñata con forma de globo. Después, con harina o maicena y agua, hago el pegamento y pego los papeles. En ocasiones dejo listas hasta tres al día, y al siguiente día las visto”, cuenta María con entusiasmo.
Las piñatas se adaptan a la época
En Cancún, las piñatas se adaptan a los gustos modernos sin perder su esencia tradicional.
Además de las estrellas de siete picos, ahora es común encontrar diseños en tercera dimensión, personajes navideños como Papá Noel o muñecos de nieve, y modelos elaborados en plástico.
Esta diversificación refleja cómo la tradición se reinventa para satisfacer las preferencias de las nuevas generaciones.
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Se fabrican de todos los tamaños
El precio y el tamaño de las piñatas varían, haciéndolas accesibles para diferentes presupuestos.
Las más pequeñas, ideales para reuniones familiares, tienen un costo que oscila entre 70 y 700 pesos, con capacidad para uno a siete kilos de dulces.
Por otro lado, las piñatas especiales para grandes eventos, como posadas en hoteles, pueden alcanzar precios de hasta 1,500 pesos y soportar hasta 30 kilos de dulces y regalos.
Este rango de opciones asegura que todos puedan disfrutar de esta tradición.
El relleno de las piñatas es fundamental
El relleno de las piñatas también es parte de su encanto. Frutas de temporada y dulces típicos refuerzan el carácter cultural y festivo.
Estas piezas artesanales, conectan a los participantes con los sabores de la Navidad mexicana.
En Cancún, las piñatas no solo son un objeto decorativo, sino un puente entre el pasado y el presente.
Las piñatas evolucionan sin perder la magia
Son un recordatorio de que las tradiciones pueden evolucionar sin perder su magia.
Gracias a artesanos como María, esta costumbre sigue iluminando las noches navideñas con colores y alegría.