Los incendios forestales que arrasan Los Ángeles desde hace cuatro días han dejado un saldo devastador: al menos 11 personas fallecidas, más de 14,000 hectáreas calcinadas y más de 10,000 edificios destruidos.
Aunque los vientos que avivaban las llamas comenzaron a disminuir el viernes, la situación sigue siendo crítica y genera intensos cuestionamientos sobre la preparación de las autoridades.
Un escenario de guerra
El presidente Joe Biden describió el panorama como "un escenario de guerra", mientras que el papa Francisco expresó su tristeza por las pérdidas humanas y materiales en un mensaje al arzobispo de Los Ángeles.
Entre los barrios más afectados se encuentran Pacific Palisades y Altadena, donde se ha implementado un toque de queda estricto para prevenir saqueos.
El mayor de los incendios ha consumido cerca de 8,000 hectáreas en Malibú y Pacific Palisades.
Aunque los bomberos han logrado avances en su control, las evacuaciones continúan, afectando a cientos de miles de residentes, incluidos hogares cercanos al icónico Centro Getty.
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Controversias por la respuesta inicial
La respuesta de las autoridades ha sido duramente criticada.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ordenó una revisión independiente de los servicios de distribución de agua de Los Ángeles.
Lo anterior, debido a problemas de presión en los hidrantes que dificultaron los primeros esfuerzos contra el fuego.
Kristin Crowley, jefa de bomberos de Los Ángeles, reconoció que enfrentan limitaciones de personal, recursos y financiamiento.
Además, un dron ilegal que impactó un avión cisterna ha complicado las operaciones aéreas, aumentando la frustración en torno al manejo del desastre.
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Impacto humano y ambiental
La comunidad local vive un drama que trasciende las pérdidas materiales.
Personas como Nicole Perri, residente de Pacific Palisades, lamentan la falta de preparación de las autoridades.
Mientras tanto, otros, como el actor Mel Gibson, han perdido sus hogares.
Los incendios, agravados por los intensos vientos de Santa Ana y la sequía tras meses de lluvias escasas, reflejan el impacto del cambio climático.
Según expertos, estas condiciones extremas podrían ser cada vez más frecuentes.
¿Qué sigue para Los Ángeles?
El costo total de esta tragedia podría superar los $150,000 millones, según estimaciones de AccuWeather.
Con soldados desplegados, toques de queda y una comunidad en duelo, la prioridad ahora es contener el fuego, investigar las causas y garantizar que desastres como este no se repitan.