Monitoreo del pez diablo.
En 2016, la organización Amigos de Sian Ka’an (ASK) se sumó a los esfuerzos de monitoreo, realizando censos en distintas localidades. Credit: Especial.

El pez diablo llega al cenote de la Bruja

La reciente aparición del pez diablo en el cenote de la Bruja, también conocido como cenote Negro, en Bacalar, encendió las alarmas entre especialistas.

Adán Caballero Vázquez, investigador de la Unidad de Ciencias del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), explica que aunque esta especie tiene dificultades para establecerse en la laguna de Bacalar debido a sus aguas duras con alto contenido mineral, el riesgo sigue presente.

Si alguien liberara intencionalmente estos peces en cenotes de baja salinidad o aguadas, su propagación podría ser incontrolable.

"El pez diablo ha logrado extender su presencia en la región y, aunque su avance natural desde el Río Hondo ha sido limitado, la invasión podría continuar de forma impredecible", señala el investigador.

Aprovechamiento del pez diablo como estrategia de control

En su hábitat natural, Sudamérica, el pez diablo ha sido consumido históricamente, pero su popularidad es baja en zonas invadidas debido a su estructura ósea rígida y escasa cantidad de carne.

No obstante, estudios han demostrado que puede utilizarse para producir harina destinada a la alimentación de peces y ganado.

Actualmente, existen iniciativas para fomentar su consumo en México. Recetarios gastronómicos en Michoacán, Veracruz y Tabasco buscan promover su aprovechamiento de manera similar al pez león.

"Si logramos integrar este pez en la gastronomía local, podríamos mitigar su impacto ecológico", menciona Caballero Vázquez.

Monitoreo en el Río Hondo, plaga en crecimiento

Desde 2013, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) ha registrado la presencia del pez diablo en el Río Hondo, frontera natural entre México y Belice. En 2016, la organización Amigos de Sian Ka’an (ASK) se sumó a los esfuerzos de monitoreo, realizando censos en distintas localidades hasta 2021.

Los registros han documentado su presencia en al menos nueve puntos, incluyendo La Garita, La Lagunita, La Lucha y Ramonal.

En cinco años de estudio, se han contabilizado 890 ejemplares, la mayoría por encima de la talla de madurez (170 a 190 mm). Actualmente, la especie está presente desde La Unión hasta Juan Sarabia, a tan solo 35 kilómetros de Bacalar.

Los pobladores han asumido un papel activo en su captura con el fin de controlar su expansión, pero los especialistas advierten que los esfuerzos deben reforzarse.

Peligro latente para Bacalar y la biodiversidad

Gonzalo Merediz Alonso, director ejecutivo de ASK, advierte que el pez diablo representa una plaga devastadora. En Tabasco y Campeche, constituye el 75% de la pesca ribereña y afecta gravemente las riberas de los ríos. "Sería catastrófico si se adentrara en la laguna de Bacalar", enfatiza.

Este pez invasor desplaza especies nativas debido a su comportamiento territorial y agresivo. Se ha comprobado que hostiga a los manatíes, enturbia el agua y causa daños en las artes de pesca.

El especialista destaca la importancia de vigilar la aparición de madrigueras en las riberas de los ríos, pues su expansión en aguas dulces podría causar un desastre ecológico. "El control de especies invasoras depende del involucramiento de las comunidades locales y de acciones de conservación con un enfoque ecosistémico", concluye.


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