Papa Francisco pasó una noche tranquila.
El Papa Francisco permanece hospitalizado en Roma. Credit: Valentino Dariell / AFP

El Papa Francisco, de 88 años, atraviesa un momento crítico de salud debido a una neumonía bilateral, pero según informó el Vaticano, pasó una noche tranquila y sigue su tratamiento con confianza.

Hospitalizado desde el 14 de febrero, el pontífice argentino continúa bajo observación médica y recibe oxígeno a través de una cánula.

Papa Francisco: Su estado de salud sigue siendo delicado

Asimismo el sábado, el Vaticano informó que el papa sufrió una crisis asmática prolongada, requiriendo oxígeno adicional.

Aunque su estado sigue siendo crítico, las autoridades eclesiásticas aseguraron que se mantiene estable.

Además, la trombocitopenia detectada en sus análisis sanguíneos obligó a la administración de una transfusión, aumentando la preocupación sobre su evolución.

Fuentes cercanas al pontífice indicaron que, a diferencia de su rutina habitual, Francisco no desayunó ni leyó los periódicos este domingo, lo que refuerza la idea de que su recuperación aún es frágil.

Sin embargo, continúa con su tratamiento y mantiene la esperanza en su mejoría.

Oraciones y apoyo en todo el mundo

Además, el cardenal Baldo Reina, vicario del papa para la diócesis de Roma, convocó a una jornada de oración en la basílica de San Juan de Letrán para pedir por la salud del Santo Padre.

Además, líderes religiosos y políticos de diversas partes del mundo han expresado su apoyo, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En las afueras del hospital Gemelli de Roma, grupos de monjas y sacerdotes se han reunido para rezar por la pronta recuperación del papa.

"Estamos rezando por él y esperamos que se recupere por la Gracia de Dios", comentó el sacerdote brasileño Don Wellison.

Su legado y la incertidumbre sobre su futuro

A pesar de su frágil salud, Francisco ha mantenido una agenda intensa en los últimos años, incluyendo una gira de 12 días por Asia-Pacífico en 2023.

No obstante, su estado ha generado especulación sobre una posible renuncia, algo que él mismo ha mencionado en ocasiones previas.

Su predecesor, Benedicto XVI, renunció en 2013 debido a problemas de salud, convirtiéndose en el primer papa en hacerlo desde la Edad Media.

Finalmente y aunque Francisco ha reiterado que aún no ha llegado su momento de dimitir, su estado de salud ha generado dudas sobre su capacidad para liderar a la Iglesia y a los más de 1.400 millones de católicos en el mundo.

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