El día de ayer, el Miércoles de Ceniza marcó el inicio de la Cuaresma, un periodo de 40 días dedicado a la oración, el ayuno y la caridad en preparación para la Semana Santa. En este tiempo, los fieles católicos son invitados a la introspección y al arrepentimiento para fortalecer su vida espiritual.
El significado de la ceniza: humildad y conversión
Durante la homilía en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Chetumal, el padre David Alberto Martín Leal recordó el profundo simbolismo de la imposición de la ceniza:
"La ceniza nos recuerda que somos polvo y al polvo volveremos. Es un llamado a reflexionar sobre nuestras acciones, a arrepentirnos de nuestros pecados y a buscar un cambio verdadero en nuestras vidas", expresó el párroco.

Este ritual, cargado de significado bíblico, invita a los creyentes a renovar su compromiso con la fe y a vivir con mayor autenticidad este tiempo litúrgico.
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Ayuno y abstinencia: más que una tradición
El padre Martín Leal también destacó la importancia del ayuno y la abstinencia de carne, especialmente los viernes de Cuaresma. Sin embargo, enfatizó que este sacrificio no es solo una restricción alimenticia, sino una oportunidad para el crecimiento espiritual.
"No se trata sólo de dejar de comer carne, sino de ofrecer un sacrificio que nos ayude a crecer espiritualmente", explicó.
El ayuno debe realizarse con moderación y teniendo en cuenta la salud de cada persona, siendo una manera de fortalecer la voluntad y la conexión con Dios.

La comunidad se une en oración
Con una asistencia promedio de 600 a 800 personas por misa, el Santuario Guadalupano ha adaptado sus horarios para facilitar la participación de los fieles que trabajan.
El llamado del párroco es claro: vivir la Cuaresma con autenticidad y esperanza, viendo este tiempo como una oportunidad de conversión y preparación espiritual para la vida eterna.