Conflicto de interés con cargo a los contribuyentes
Miguel Zogby Cheluja Martínez, titular de la Auditoría Superior del estado, se excusó del proceso de fiscalización de la Cuenta Pública del ayuntamiento de Othón P. Blanco para el Ejercicio Fiscal 2024, por un posible conflicto de interés.
Parecía una inteligente jugada, pues ya había voces que empezaban a cuestionar cómo podría auditarse él mismo la Cuenta Pública del municipio capitalino, del cual fue tesorero.
La Auditora Especial en Materia de Desempeño y la Directora de Control y Seguimiento de Resultados de la Fiscalización serán las responsables de auditar la cuenta del municipio othonense.
Pero lo que no fue nada inteligente es que justo las responsables de auditar dicha cuenta son subalternas suyas; no evita el conflicto de interés.
La única salida posible es que se contrate a un externo, que pueda realizar la auditoría, aunque eso nos costará a los quintanarroenses. Así, la responsabilidad de este gasto recaería en la XVIII Legislatura, que fue la que aprobó el nombramiento de Cheluja Martínez. ¿Será?
Protesta normalista revela carencias
Un grupo de estudiantes normalistas se manifestaron ayer en la explanada de Plaza de la Reforma de Benito Juárez para demandar mejores condiciones para su formación.
De entrada denunciaron que desde hace siete años estudian en una escuela primaria que estaba abandonada en la Región 91 (en la avenida Talleres cancunense).
Sus pupitres en mal estado les han sido donados por otras escuelas y apenas hace un año que tienen pizarrones.
A todo lo anterior se suma que dependen de la Escuela Normal de Bacalar, por lo que para hacer sus trámites deben acudir a ese municipio del sur del estado.
La protesta la hicieron para visibilizar su situación y de paso denunciar que pese a reuniones que han tenido con autoridades, éstas no los toman en cuenta y sólo les han dado largas. ¿Será?
Ahora el rezo es para pedir seguridad
El párroco del Santuario Guadalupano, David Martín Leal, en el marco de la celebración del Miércoles de Ceniza, reveló que ahora las familias que acuden a la misa, en lugar de pedir salud o unión familiar, piden seguridad.
El sacerdote señaló que “tristemente” la inseguridad ha ido en aumento en el estado, pero en lugares como Chetumal que eran tranquilos, “ahora el problema cada vez es más descarado y más abiertas las balaceras”.
Opinó que el Gobierno federal y estatal, así como los ayuntamientos, no han podido detener este tipo de problemas sociales.
Los abrazos y no balazos desde su punto de vista nunca han funcionado para el combate a la delincuencia, pues es un tema de interés del poder y del dinero. ¿Será?