¿Cómo se dice "Semana Santa" en lengua maya?
Hoy me he hecho una pregunta aparentemente sencilla: ¿Cómo se dice Semana Santa en lengua maya? La respuesta, sin embargo, no es inmediata. Los diccionarios que tengo a la mano no me han dado una solución, pero mi memoria sí. Hasta hace unas cuatro décadas, en mi pueblo estos días eran conocidos como yaayaj k’iino’ob, que puede traducirse como “días de dolor”.
Era común escuchar a los mayores decir: “Máatak yaayaj k’iino’ob” (“No es tiempo de juegos”), mientras nos prohibían corretear por el táankab, subirnos a los árboles o hacer ruido. La indicación era clara: guardar respeto, estar en calma. Nada de juegos, nada de diversión.
El duelo en casa: una tradición vivida en silencio
Para mí, yaayaj k’iino’ob significaba una quietud casi insoportable. En la casa no se escuchaba música, ni risas, ni gritos. Los árboles permanecían quietos, el polvo apenas se levantaba, las gallinas se acurrucaban bajo las matas de ciruela. La tristeza se colaba en todo. Era una especie de duelo colectivo que no se vivía en la iglesia, sino en el corazón del hogar.
Recuerdo a mi padre acostado, con el rostro vuelto hacia el pak’lu’um (pared de tierra), mientras yo intentaba escapar al bullicio de la calle. Su voz me detenía:
– Tu’ux ka bin
– Jan in ka’aj báaxal – respondía, dudoso.
– Ma’ bin mixtu’ux, ma wáa táan a wilik yaayaj k’iino’ob, decía él con firmeza.

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¿Una equivalencia con los días sin nombre mayas?
Volviendo a los Cantares de Dzitbalché, encuentro una estrofa que se parece mucho a esta atmósfera dolorosa. En su tercer poema, aparecen versos que hablan de días de llanto, puertas del infierno abiertas y la ausencia de bondad. Esto me hace pensar en una posible equivalencia con los Xma’k’aaba’ k’iin, los temidos “días sin nombre” del calendario maya.
U k’iinil t ook’ol
U k’iinil k’aasil ba’al
Cha’ak’ab kisin
Je’ek’ab Mitnal
Mina’an utsil
Chen yaan loobil
Aawat yéetel ook’ol
Son días de llanto
Son días de eventos trágicos
El demonio anda suelto
Están abiertas las puertas del infierno
No hay bondad
Sólo hay maldad
Gritos
Llantos…

La similitud es inquietante. No digo que los dos conceptos sean iguales, pero sí que hay un puente simbólico entre ellos. Como si la Semana Santa cristiana hubiera tomado prestado, consciente o no, parte del sentido profundo de aquellos cinco días aciagos que los mayas temían y respetaban.
El sincretismo que resiste
En los yaayaj k’iino’ob, yo no iba a la iglesia a golpearme el pecho. Pero sí vivía, como muchos, una especie de retiro espiritual. Era un tiempo de espera, de duelo y de respeto. Una tradición que, aunque no registrada oficialmente en los catecismos, sigue viva en la memoria y el corazón de muchas comunidades mayas.
Nuestros antepasados sabían cómo conservar lo suyo debajo del ropaje de lo ajeno, y tal vez esta sea otra muestra de esa resistencia silenciosa, profunda y digna.
Esta es una reproducción de la publicación realizada por el autor en: El Chilam Balam. Haz clic para leer el original.