Adiós a la tortilla fría. Un equipo de científicos mexicanos liderado por la doctora Raquel Gómez ha desarrollado una tortilla de harina de trigo con probióticos que puede conservarse hasta un mes sin necesidad de refrigeración.
Esta innovación busca combatir la desnutrición en comunidades vulnerables, donde las condiciones climáticas extremas y la falta de electricidad dificultan la conservación de alimentos.

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Adiós a la tortilla fría: Para quienes más lo necesitan
Diseñada para beneficiar a la población más desprotegida del país, esta tortilla probiótica no solo es más saludable que las versiones industriales, sino que también responde a una necesidad urgente en regiones sin acceso a refrigeradores, como muchas comunidades indígenas en Chiapas.
En este estado, solo el 64.6% de los hogares cuentan con nevera.
Datos relevantes sobre la desnutrición y las condiciones en Chiapas:
- 13.9% de los niños menores de 5 años en México tiene desnutrición crónica
- En comunidades indígenas, la cifra asciende a 27.4%
- 91.6% de los habitantes de Oxchuc, Chiapas, no tienen refrigerador
- La temperatura media ha aumentado de 30.1°C a 32°C en una década
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Un alimento saludable sin conservadores tóxicos
A diferencia de las tortillas industrializadas que contienen aditivos como propionato de calcio, potencialmente tóxicos para la microbiota intestinal, la tortilla desarrollada por Gómez se conserva gracias a la fermentación natural de los probióticos, sin necesidad de conservadores químicos.
Además de su larga vida útil, estas tortillas fortalecen la salud intestinal gracias a la sinergia entre probióticos y prebióticos, según explica Gómez, quien es investigadora y profesora en la UNAM.

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En busca de socios para su distribución
Aunque el proyecto ya fue patentado en 2023 y premiado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, aún no se comercializa.
Un contrato con una empresa se canceló tras la muerte de sus accionistas principales, por lo que el equipo ahora busca nuevos aliados para distribuir el producto.
Gómez no descarta adaptar esta fórmula a tortillas de maíz, las más consumidas en el país, que actualmente solo se conservan pocas horas a temperaturas elevadas.
