Una fanfarria, baladronada, bravata o jactancia es una pieza musical breve, ruidosa y brillante que anuncia el comienzo de una competencia o un acto militar. La Fanfarria veracruzana de Rodrigo Lomán fue la elegida para ser la primera pieza que interpretara la Orquesta Clásica de Cancún en su concierto debut el domingo pasado en el Teatro de la Ciudad.
Esta composición, como describió su director artístico, Francisco Hernández Bolaños, fue hecha con el propósito de festejar el 400 aniversario de la ciudad portuaria, a la par que los primeros 80 años de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, ¿llegará a tal hito esta ciudad caribeña y sus empeños musicales?
Voces y recuerdos
Salve Regina, compuesta por el prodigio musical alemán Felix Mendelssohn, a sus 15 años, fue la segunda del repertorio dominical, cuya interpretación vocal corrió a cargo de la magnífica soprano chetumaleña Laura Chuc.
Después de poner la vara tan alta, nos fuimos más atrás en el tiempo con una obra de quien llevara el Clasicismo al límite: Wolfgang Amadeus Mozart. Su Divertimento en fa mayor, nos contó el director cancunense, lo escribió a los 17 años, cuando en un viaje por Italia compuso cada uno de sus tres movimientos.
Así volvimos a una época en la que los músicos eran comparables a los panaderos, es decir, la música debía ser siempre fresca. Es increíble su vigencia, y que a dos siglos y medio de aquel entonces, siga remeciendo nuestros cuerpos, en esta ocasión por medio de 15 instrumentos cuerdas, que consistieron en cuatro violines primeros, cuatro segundos, tres violas, tres violonchelos y un contrabajo. Además, cuatro de las intérpretes fueron mujeres y una de ellas dio muestra de los múltiples usos de un sujetador de cabello.
Intermezzo
Después de saludar a los conocidos, platicar sobre los akáshicos y la carga del hombre en pleno fin de semana en honor a las madres, nos adentramos al barroco con Vivaldi y una de sus arias sacras, escrita al ritmo de una siciliana, muy pastoral, como detalló Francisco.
Así recordamos que si bien no hay paz sincera en el mundo, quizá es porque tenemos que hablar con mayor dulzura para hacerla asequible. Con ternura y halagos, mañana será más bonito, al menos ahora tenemos un Papa peruano.
Concluyeron este día con la interpretación de la Sinfonía simple de Benjamin Britten, compositor británico del siglo XX quien desde muy chico imaginó cómo sería esta intrincada obra, pero sólo siendo mayor logró encontrar el modo de consumar sus melodías diferidas, pizzicatos, sarabandas y fuegos artificiales. Es el cómo lo que importa, el cuándo es muchas veces inevitable, pero para ello menos mal que no borró sus esquemas juveniles, ay Rulfo.El próximo domingo 18 de mayo, este magno elenco se volverá a presentar, y uno de los platos estelares será la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky.