A ocho días de que venza el plazo legal para estallar una huelga en la Uqroo, el conflicto entre el Sindicato de Académicos y Trabajadores Administrativos (Sauqroo) y las autoridades universitarias sigue sin solución.
La falta de diálogo efectivo y la negativa a atender el pliego petitorio mantienen en riesgo el desarrollo académico y administrativo de la institución.
La autonomía universitaria de la Uqroo, en entredicho
Mario Vargas Paredes, exsecretario general del sindicato, cuestionó el actuar de la administración encabezada por la rectora Natalia Fiorentini Cañedo, señalando que se ha vulnerado el principio de autonomía universitaria.
“La autonomía no ha sido respetada. Hay personal que llega de otras instancias del Gobierno y eso todos lo sabemos”, advirtió Vargas.
Estas declaraciones apuntan a una presunta intromisión de intereses ajenos a la comunidad académica, lo cual ha generado inconformidad entre los trabajadores.

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Rechazo al pliego petitorio frena el diálogo
De acuerdo con Vargas Paredes, el emplazamiento a huelga fue entregado en abril, tal como lo establece la ley. Sin embargo, cada intento de revisión salarial y contractual en mayo ha sido enfrentado con una postura de rechazo por parte de la rectoría.
El plazo legal vence el 31 de mayo, y de no alcanzarse un acuerdo, la huelga se haría efectiva, paralizando por completo las funciones de la universidad.
Señalan opacidad y favoritismo político en la Uqroo
Otro de los puntos críticos señalados por el exdirigente sindical es la falta de transparencia en el manejo de recursos. Aseguró que el personal no tiene acceso a información clara sobre el presupuesto ni sobre los resultados de auditorías federales.
“Daría la impresión de que las decisiones se toman con criterios personales, no colectivos”, enfatizó.
Además, lamentó que la ausencia de un reglamento para el personal administrativo permite contrataciones por conveniencia política. Según Vargas, esta situación ha convertido al reglamento inexistente en una herramienta para beneficiar a personas recomendadas externamente.
¿Qué está en juego?
La posible huelga en la Uqroo no solo afectaría las clases y trámites administrativos, sino que también podría debilitar la confianza en la rectoría y generar un precedente preocupante en cuanto a la gobernanza universitaria.
Mientras la comunidad universitaria espera respuestas, el reloj sigue corriendo.