Los bebés reborn generan polémica.
Los bebés reborn han desatado la polémica en Brasil. Credit: Mauro Pimentel / AFP

Los bebés reborn han generado un revuelo en Brasil que va mucho más allá del coleccionismo, incluso ha tomando tanta importancia su presencia que incluso es tema de los legisladores.

Asimismo, estos muñecos hiperrealistas, elaborados a mano con silicona o vinilo y con un nivel de detalle sorprendente, son el centro de una polémica nacional que mezcla admiración, estigmas, legislación y redes sociales.

Bebés reborn: entre el arte y la controversia

Con venitas, lágrimas, y hasta la capacidad de succionar o “hacer pipí”, los bebés reborn no son simples juguetes.

Su realismo ha llevado a muchos a tratarlos como si fueran bebés reales, aunque la mayoría solo los colecciona o utiliza como una forma de expresión artística y emocional.

Gabi Matos, o "Gabi Reborn", es una de las influencers más reconocidas de este mundo. Con apenas 21 años y 1.3 millones de seguidores en YouTube, muestra cómo cambia, alimenta y cuida a sus 22 muñecos.

Aunque al inicio recibió elogios, recientemente fue blanco de críticas y burlas, con comentarios que cuestionan su salud mental.

El auge en Brasil y el impacto cultural

El fenómeno creció tras un encuentro de coleccionistas en un parque de São Paulo y un video viral de un parto simulado de un reborn, con bolsa amniótica y cordón umbilical incluidos. Esto provocó:

  • Reacciones divididas en redes y medios
  • Opiniones de celebridades, como la actriz Luana Piovani
  • Aumento de la visibilidad y ventas de estos productos

El mercado global movió más de 200 millones de dólares en 2024, según Market Report Analytics.

Alana Generoso, fundadora de “Maternidad Alana Babys” en Campinas, ofrece una experiencia completa de “adopción reborn”.

Para ella, el problema es el prejuicio: “Aquí no vendemos muñecos, vendemos sueños”, asegura.

Debates en el Congreso y estigma de género

La fiebre reborn llegó incluso al Congreso brasileño. Un diputado asistió con una muñeca, llamándola su “nieta”, mientras otros legisladores impulsan leyes que van desde ofrecer apoyo psicológico hasta sanciones por uso indebido, como simular necesidades en servicios públicos.

La psicóloga Viviane Cunha aclara que no hay trastorno mientras no existan daños emocionales o sociales: “El problema surge cuando la fantasía interfiere con la vida real”.

Además, muchas mujeres denuncian un doble estándar social.

Finalmente y mientras se normalizan pasatiempos masculinos como los videojuegos o el modelismo, las mujeres que cuidan muñecos son etiquetadas como “enfermas”.

(Con información de AFP)