Llego pasadas las 9 al ya conocido establecimiento de la Cobá y veo a una banda trepada en el escenario, me entero que a pesar de lo publicado, esta es apenas la primera de una velada polémica, tras la funa en contra de uno de los organizadores. Él sólo quiere una oportunidad para expresar su versión de las cosas y, por lo pronto, Barrio Negro toma otra forma.

Se despiden desde Playa, hasta donde ustedes quieran, los Red Cigarettes. Ahora toca el turno a un conjunto de casa cuyo vocalista trae un pañuelo que le enmarca el rostro, cual caperuza. No sé lo que siento al ver eso, pero sí que el audio volvió a fallar.
Y para amarrar, me despojan de la silla en la que tan cómodo veía el partido... ahora me dan un banco, y así tengo un panorama más amplio. Música en vivo y futbol en la tele, ¿qué más se puede pedir?

Que volviera el ascenso.

La injusticia

Lo que más coraje me da es que no me pasé de lanza, yo te lo juro que no hice nada, soy de barrio, crecí en La Guadalupana y todo lo que he hecho fue por mí y no porque me lo dieron mis padres. No está chido, me sentí traicionado por todos, pero bueno, disfrutemos de la tocada, ¿quién de aquí no se ha enamorado?
Acaban los cancunenses y voy por mi primera chela, no del día, sino de la noche. Toma la estafeta un conjunto tabasqueño. ¡Abajo la deforestación, que vivan los pinches árboles! Tocan bien los chavos, valió la pena que hicieran las 12 horas de viaje, pensé en For Dummies, ¿cuánto se hará de Xalapa hasta acá?
Empezaron con fisión y luego todo sigue igual. Que levante la mano quien no se sienta acalorado. Todo sea por el madrock y el post-punk mexicano. Después de un estreno mundial, llega la caída.
Se fueron a penales. Luego de ocho cobros prácticamente impecables, llegó el arquero de la Jaiba Brava y la voló. El defensa de la U. de G. marcó y así se definió el torneo. Ya se viene…

Resiste corazón

El brillo de tu voz, siempre es lo mismo, pero no te preocupes que yo a lo que voy, aunque lo admito, me haces mucho daño cuando me das por mi lado. Estoy cansado de pensar en la adversidad, en un color de piel. Alexito, Pepito y Josué componen La Texana, esto se llama:
¿Hoy a qué vamos a jugar? Siente tus heridas, la brisa, la madrugada y su olor, yo ya estoy bien, seguiré la dirección del viento y buscaré respirar.
Ya sé que mi vida no es mía, no sé qué me pasó. Quiero encontrar la calma lejos de tu corazón. Ya no creo en nada de tanta mierda que tuve que tragar hasta que nos dio la gana.
Trataré de resistir, aunque seamos sólo niños. Sé que no es casualidad y me marea, te extraño tanto que ya no es un consuelo, ni te quiero hablar. Es esta casa que se cae un día como hoy. Cuando me olvides, moriré.

Ay qué felicidad, ¿y ahora de qué quieres hablar? La duda me lastima, mejor desgárrame la ropa que voy a darte todo y sabes que siempre me cuesta regresar, pero somos tercos y seguro volvemos pronto.