Reforma contra espectáculos con delfines genera escepticismo entre activistas
Aunque el Senado de la República aprobó recientemente una reforma al artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre, que prohíbe el uso de mamíferos marinos como delfines, orcas y lobos marinos en espectáculos fijos o itinerantes, voces críticas advierten que aún falta mucho para que se traduzca en una transformación real.
“No celebro nada hasta que lo vea”
Una de las principales voces de alerta es Karla Munguía Colmenero, ambientalista, representante de la organización Urgent Seas y embajadora del documental Keiko, The Untold Story of the Star of Free Willy.
Con una postura firme en contra de los delfinarios, Munguía se dijo incrédula ante el anuncio legislativo:
“Es la quinta vez que escucho esto en 10 años, no les creo nada, no celebro nada hasta que no vea que sucederá”, declaró.
Su declaración refleja una preocupación compartida por múltiples defensores de los derechos animales, quienes han visto pasar propuestas similares sin que se implementen cambios efectivos para los animales en cautiverio.

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La iniciativa aún enfrenta obstáculos legislativos
La reforma aprobada por el Senado aún debe ser ratificada por la Cámara de Diputados y posteriormente promulgada a nivel federal.
En el pasado, este mismo trayecto legislativo ha sido donde otras propuestas han quedado estancadas o modificadas.
El seguimiento será clave, sobre todo en estados con fuerte presencia de delfinarios turísticos como Quintana Roo, Baja California y Jalisco, donde el impacto de una ley así sería significativo tanto en lo ambiental como en lo económico.
AMHMAR responde: los delfinarios no cerrarán
Por su parte, la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR) ha aclarado que esta reforma no implica el cierre automático de los delfinarios existentes, siempre que estén registrados legalmente.
Además, la organización expresó que la prohibición de reproducción de especies bajo cuidado humano, si no es con fines de conservación, es una medida contraproducente, pues limita las posibilidades de manejo ético y científico de los animales, y podría incluso afectar su bienestar.
“Es urgente definir protocolos claros sobre manejo, control reproductivo y condiciones de bienestar basados en ciencia y participación experta”, manifestaron en un comunicado.
Un debate que exige responsabilidad y transparencia
La aprobación de esta reforma marca un nuevo intento por regular el uso de mamíferos marinos en México, pero su éxito dependerá de la voluntad política y de la vigilancia ciudadana para evitar que quede en letra muerta.
El llamado de diversos sectores es claro: el bienestar animal no debe convertirse en una bandera política sin resultados tangibles.
Por ello, tanto activistas como representantes de la industria hacen un llamado a una discusión responsable, basada en evidencia científica y no solo en buenas intenciones.