Boda en la playa.
Boda en el Caribe mexicano. Credit: Esmaragdo Camaz.

Aunque el Caribe Mexicano se mantiene como el principal destino para bodas internacionales en el país, con cerca del 70% del total nacional, nuevos gustos y preferencias culturales están marcando una tendencia distinta en el turismo de romance.

Aumenta el interés por bodas con identidad mexicana

Entre el 5% y 7% de las parejas jóvenes extranjeras comienzan a alejarse del tradicional esquema de sol y playa, buscando experiencias más auténticas, con arraigo cultural y climas más templados, señaló Julio Macías Cardoso, presidente de la Asociación de Coordinadores Independientes de Bodas y Eventos Profesionales (Acibep).

Esta tendencia ha impulsado el crecimiento de destinos emergentes como:

  • San Miguel de Allende, por su arquitectura barroca, ambiente artístico y calles coloniales.
  • Valle de Guadalupe y Querétaro, por sus viñedos y paisajes rurales.
  • Oaxaca, con su atmósfera íntima, calles empedradas y casonas antiguas.
  • Mérida, que combina historia, gastronomía local y la majestuosidad de sus haciendas.

Generación de relevo busca otras experiencias

Macías Cardoso detalló que muchas de estas parejas forman parte de una “segunda generación” de visitantes internacionales, cuyos familiares ya eligieron a México para celebrar sus bodas, pero que ahora desean hacerlo fuera de los destinos convencionales.

El Caribe Mexicano aún es el favorito

A pesar de estos cambios, Cancún, Riviera Maya y Costa Mujeres continúan liderando como los lugares más solicitados por su infraestructura, conectividad aérea, profesionalismo y capacidad para bodas de gran formato.

“La multiculturalidad, la oferta de servicios especializados y los paquetes todo incluido siguen haciendo del Caribe Mexicano una apuesta segura para miles de parejas cada año”, afirmó el especialista.

Bodas destino, una derrama que va más allá del turismo

Este segmento representa una derrama económica significativa no solo para el sector hotelero, sino para toda una cadena de valor que incluye banquetes, flores, fotografía, video, música, transportación y logística.

Datos del sector turístico indican que cada boda destino genera estancias promedio de tres a cinco noches por invitado, con un gasto mayor al del turista tradicional.

En temporada alta, de febrero a junio, se realizan hasta 500 bodas mensuales en la región.