A pesar de que es la cara de la WNBA y la que ha puesto en los ojos del mundo al baloncesto femenino, las otras estrellas de la liga de lo Estados Unidos de Norteamérica no están de acuerdo y se ha establecido un pacto silencioso de persecución y faltas hacia la egresada de la Universidad de Iowa
En esta temporada, los números de la estrella de Indiana Fever han caído de más de 20 unidades por partido a 16.5; y de más de 10 asistencias por encuentro a 8.8 debido en gran medida a que los equipos han optado por doble marcar a la súper estrella; pero no sólo esto, sino que ya se utilizan estrategias sucias.
Un ejemplo de ello son los golpes “Accidentales”, que las jugadoras contrarias le propinan a la armadora de Indiana cuando pasan cerca de ella, malas palabras y persecución son la constante en los partidos de las Fever.
Esta situación, más las constantes declaraciones de otras jugadoras de la WNBA que la denostan y dejan en claro que Caitlin no es la cara de la liga, demuestra solo la envidia que el talento y popularidad de la comparada con “Pete Maravich” les genera.
Pero, la joven de 23 años no pidió ser la imagen de la liga de baloncesto de los Estados Unidos, fue algo natural con base en su desempeño en el baloncesto colegial y su gran popularidad que la llevó a aterrizar en la WNBA en calidad de súper estrella y con contrato de zapatillas deportivas y sueldo elevado, lo que causó indignación en las demás jugadoras, aunque esto no haya sido su culpa. Pero su temporada de novata ya pasó y pagó el precio, aunque se sigue prolongando.
Tal es el impacto, que Michael Jordan ya declaró que el trato que recibe Caitlin no es justo dado que ha catapultado los niveles de audiencia y de interés por la WNBA, que deberían en cambio estar agradecidas porque esto ha traído beneficios como salarios, contratos de publicidad y mayor exposición en los medios de comunicación, incluso, internacionales.
Para darnos una idea del impacto de Clark en la WNBA, el Draft de 2024 fue el más visto en la historia de la liga con 2.45 millones de espectadores, un solo partido de Indiana Fever contra Neva York estableció el récord de audiencia con 1.7 millones de televidentes, según reporte de medios estadounidenses; y como dato abrumador y aplastante, desde la llegada de Caitlin a la liga aumentó el nivel de audiencia televisiva en 300 por ciento.
También los seguidores en redes sociales, venta de mercancía y asistencia a los partidos se han visto disparados y ¿Qué hacen las demás jugadoras por celos? Buscan instigarla, cansarla y que se vaya a otro lado a seguir demostrando su talento.
A la estrella de Indiana Fever –quien no se ha quejado–, se le nota impotente y desesperada ante la supuesta campaña sucia en su contra. Pero también ha surgido el interés de equipos europeos que estarían encantados de recibir el “Impacto Caitlin Clark”. Al final, el tiempo resolverá todo y ojalá que este “acoso”, pare para seguir disfrutando del talento y magia de una jugadora destinada a ser una súper estrella.
Nos leemos el próximo lunes y no olvides echar… La Cascarita.