De acuerdo con datos oficiales, entre 1993 y 2018 se parcelaron más de 208,000 hectáreas de tierras de uso común para su posible privatización, con un repunte significativo en los últimos 10 años (Por Esto, La mafia agraria alcanza Quintana Roo, 12 de febrero 2021), situación que incrementó los litigios en materia agraria, especialmente en zonas costeras como Tulum, Isla Mujeres y Bacalar (Novedades Quintana Roo, Crecen litigios por tierras ejidales en Quintana Roo, 11 de octubre de 2024), y ello se debe principalmente a la expansión turística como motor que impulsa la especulación inmobiliaria, que genera presiones sobre ejidos cercanos a la costa, lo que hoy se conoce también como gentrificación en algunos grupos políticos y sociales.
Algunos de los casos más emblemáticos de despojo que se han dado son los siguientes:
- Supermanzana 247 (2018): En Cancún, la devastación de una amplísima zona de 50 hectáreas propiedad de un Banco, realizado con fines políticos, que fue posteriormente tomado por el crimen organizado; generó protestas y litigios. Destaca la reciente detención de algunos promotores en el año 2025; dejó daño ecológico y un conflicto de desarrollo urbano sin precedentes.
- Ejido Jacinto Pat (2018): En Playa del Carmen se denunciaron ventas fraudulentas de tierras ejidales involucrando a notarios y empresarios, de manera semejante a la realizada con la desastrosa corrupción que se gestó con la colonia Colosio en la que el gobierno de Quintana Roo fue parte.
- Caso Bacalar (2020): En este municipio se reportaron despojos mediante documentos falsificados afectando comunidades indígenas, aunado a la deforestación de grupos de menonitas que han afectado el desarrollo ecológico con daños a los acuíferos, la laguna, la vida de las abejas, etcétera.
- Proyecto Tulum (2022): La expansión turística en Tulum ha llevado a múltiples denuncias de despojo con casos emblemáticos, como el desalojo de familias ejidales para proyectos hoteleros, y con un alto porcentaje de personas que viven sin certeza jurídica ni drenajes en ese y otros municipios.
- Las Palmas: En el municipio de Othón P. Blanco, un grupo de personas solicitó el reconocimiento de posesión y posterior enajenación de terrenos nacionales a la Sedatu, por tratarse de tierra federal, y en la que de pronto apareció un líder religioso con documentos municipales; es decir, de una autoridad sin facultades por el origen de la tierra, a despojar a los promotores primarios.
Este aumento de delitos contra el desarrollo urbano sin consecuencias contundentes no solamente es responsabilidad de la Fiscalía General de Justicia del Estado ーque acumula carpetas sin solución, en muchos casos debido a la protección de personajes políticos que desde los tiempos de Roberto Borge y hasta hoy en día han fomentado invasiones y despojos con fines electorales, siendo premiados por sus respectivos partidos políticos con cargos locales y federalesー, sino también es producto de reformas al código penal sin consecuencias claras o carentes de penas, como las que fueron recientemente adicionadas por quien suscribe y que están en proceso de análisis en las comisiones de turno, a las que adicionaremos más fracciones, elevando penas en algunos casos, siguiendo el ejemplo de la Ciudad de México y otras legislaturas más adelantadas.
Todo ello ha permitido que el crecimiento desmedido de invasiones y despojos aumente en los últimos años, tal como se observa en la siguiente tabla de 2020 elaborada por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Por ello es importante que, desde el Congreso del Estado de Quintana Roo, a través de la Comisión de Desarrollo Urbano Sustentable y Asuntos Metropolitanos, impulsemos acciones de forma conjunta con la sociedad civil y la Fiscalía General de Justicia del Estado para cerrar el cerco a estos delitos que ponen el riesgo a miles de personas, generan problemas graves de movilidad, afectan proyección urbana y desincentivan la inversión.
De no ser así, las invasiones políticas y despojos de las mafias seguirán, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido en Macondo.
Doctor en Derecho, Hugo Alday Nieto.