Una fuga de agua potable que lleva más de un mes sin ser atendida por la empresa Aguakan mantiene en alerta a vecinos del fraccionamiento Paseo Kusamil, en la Región 110 de Cancún.

El problema se ubica específicamente en la calle Membrillo del Circuito Tulipán, donde el agua brota desde la banqueta y se derrama por la vialidad.

Los residentes han reportado repetidamente la situación, pero señalan que la empresa concesionaria no ha ofrecido una solución efectiva.

A pesar de haber generado reportes vía telefónica, el personal de Aguakan no ha acudido al sitio, según denuncian los propios afectados.

Agua desperdiciada y criaderos de mosquitos

La fuga, que ocurre entre la 1:00 y las 7:00 de la mañana —coincidiendo con el horario de bombeo— ha erosionado la banqueta y generado una zanja por donde corre el agua, creando charcos, fango y condiciones propicias para criaderos de mosquitos, lo que representa un riesgo sanitario para las familias de la zona.

Un problema extendido en Paseo Kusamil

Vecinos como Felipe aseguran que no se trata de un caso aislado. “La mayoría de las calles de los diferentes circuitos presentan fugas”, señaló.

En una situación anterior, tras meses de espera, Aguakan sí reparó la fuga… pero dejó la excavación abierta.

Fueron los mismos vecinos quienes la rellenaron con cemento y piedras, pero ahora el poste de luz en esa zona presenta corriente eléctrica expuesta, lo que agrava el riesgo.

Baja presión y desigualdad en el acceso al agua

Otro de los problemas que enfrentan las familias del fraccionamiento es la baja presión del agua. Las viviendas en pisos superiores de edificios de cuatro niveles apenas reciben líquido.

Los tinacos no logran llenarse, y en muchos casos, la solución ha sido contratar pipas o apoyarse entre vecinos que tienen bombas eléctricas.

Esta situación ha derivado en un mercado informal de venta de agua entre habitantes del fraccionamiento, generando desigualdades adicionales entre quienes tienen acceso al recurso y quienes no.

Autoridades y empresa se deslindan del problema

La comunidad señala que ni Aguakan ni las autoridades municipales han ofrecido una solución concreta. En lugar de ello, culpan a la desarrolladora Javer, señalando que la empresa continúa desviando agua para obras nuevas, afectando directamente la presión en las viviendas habitadas.

“Pagamos por un servicio que no recibimos”

Los residentes, en su mayoría trabajadores del sector hotelero, enfatizan que, pese a las carencias, el cobro por el servicio de agua llega puntualmente cada mes.

“Somos familias que se levantan a las 4 de la mañana para ir a trabajar, y lo mínimo que necesitamos es tener agua en casa para vivir con dignidad”, denuncian.