La temporada de captura de langosta en Chiquilá, que inició en julio y se extiende hasta febrero, presenta un comportamiento algo bajo, según Jesús Valerio Aparicio, expresidente de la Cooperativa de Langosteros de la localidad.
El especialista explicó que factores ambientales como frentes fríos o eventos de calentamiento afectan el comportamiento, alimentación y reproducción de la langosta.
Lo anterior repercute directamente en los volúmenes obtenidos por las cooperativas, donde el precio por kilo se mantiene en 450 pesos.

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Captura de pulpo maya y escama en Chiquilá
En cuanto al pulpo maya, que se pesca entre agosto y diciembre, Valerio Aparicio indicó que su demanda es alta y se vende entre 100 y 130 pesos por kilo.
Sin embargo, la abundancia también depende de las condiciones del clima y la temperatura del mar, lo que representa un reto para los pescadores locales.
Sobre los peces de escama, mencionó que el boquinete es el más común esta temporada. Aun así, un buen día de pesca apenas alcanza los 50 kilos, siendo lo usual entre 20 y 30 kilos.
Vigilancia, fundamental para la pesca en Chiquilá
Valerio Aparicio destacó que la pesca sigue siendo el sustento principal de decenas de familias en Chiquilá.
Sin embargo, insistió en la necesidad de reforzar la organización de los cooperativistas y la vigilancia para evitar la pesca furtiva, especialmente en las cercanías de Cabo Catoche, donde la actividad ilegal impacta la economía del sector.
Como dato positivo, señaló que desde hace más de cinco años no se han registrado afectaciones por marea roja, fenómeno provocado por floraciones algales nocivas (FAN), que actualmente ya comienza a impactar seriamente las costas de Yucatán.