En estos tiempos donde muchos dudan, critican o simplemente desconfían de las instituciones, hay momentos que merecen detenernos y mirar con otros ojos. El reciente Segundo Informe del magistrado Heyden Cebada Rivas, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo, fue uno de esos momentos. Un espacio donde, sin estridencias ni exageraciones, se rindieron cuentas con cifras, pero también con alma.
El mensaje fue claro: la justicia cotidiana ya no es una promesa, es una tarea diaria. Lo dijo con hechos: más sentencias, más audiencias, menos tiempos muertos en los procesos, mejor trato en los juzgados. Y, sobre todo, más digitalización. No sólo para estar “a la moda”, sino porque cada clic ahorrado en un trámite judicial es un respiro para alguien que no tiene tiempo, ni dinero, ni influencias.
Este informe no se dio en el vacío. Se presenta en vísperas del Tercer Informe de Gobierno de la gobernadora Mara Lezama, quien desde el inicio de su gestión ha empujado una transformación profunda, que ella misma ha llamado “Gobierno del Pueblo y para el Pueblo”. Hay señales claras de coordinación entre poderes. No se trata de simples cortesías institucionales, sino de una voluntad compartida de reconstruir la confianza ciudadana.
El Poder Judicial, encabezado por Cebada Rivas, no se aísla ni se guarda para sí los avances. Su discurso reflejó algo esencial: la justicia no se mide sólo en expedientes, se mide en tranquilidad para madres, en certezas para los jóvenes, en soluciones para los adultos mayores que por años esperaron ser escuchados.
Y aunque aún falta mucho por hacer, el hecho de que este mensaje se dé con puertas abiertas, con cifras públicas y con rostro humano, habla de una nueva etapa. Una etapa donde el Poder Judicial ya no es más una torre lejana, y en cambio sí un espacio que empieza a abrir ventanas.
El informe de la gobernadora aún no se presenta, pero si algo ha marcado su gestión, ha sido precisamente esa idea de Prosperidad Compartida, que no sólo es un lema de campaña, sino una política pública que busca que las decisiones de Gobierno se traduzcan en beneficios reales, palpables, en colonias y comunidades que históricamente han vivido en los márgenes del desarrollo.
Esa prosperidad, cuando se acompaña de un Poder Judicial cercano, imparcial y con vocación de servicio, no se queda en puro discurso: se convierte en derechos que se ejercen. El vínculo entre ambos informes —uno ya presentado y otro por venir— habla de una coordinación republicana que no compite, sino que suma. No aplasta, sino que construye.
Quizá no todo es perfecto. Y está bien decirlo. Pero cuando las instituciones no se rinden ante el desgaste ni ante el escepticismo, sino que abren la puerta y dicen: “aquí estamos, y estamos cambiando”, algo se mueve en la conciencia colectiva.
Tal vez, sólo tal vez, muchos ciudadanos después de leer, escuchar o mirar estos informes, digan con menos enojo y más esperanza: “No todo está mal”. Y en los tiempos que corren, eso ya es mucho decir.
Saque final: La gobernadora Mara Lezama rendirá este jueves su tercer informe de labores y lo hará en Calderitas, en el municipio de Othón P. Blanco, esta comunidad que prácticamente está unida a Chetumal. Sin duda alguna será un informe de muchas cifras, datos reales pero sobre todo, alma con muy seguramente los testimoniales por parte de las personas que han sido parte de la actividad del Gobierno en estos últimos 12 meses, como personas a las que por medio de una gestoría, de un apoyo recibido o alguna ayuda, la vida les ha cambiado. Nos leemos la próxima semana.