Más de 100.000 personas se concentraron este sábado en el centro de Londres para protestar en defensa de la libertad de expresión, convocadas por el activista de ultraderecha Tommy Robinson.
Entre banderas británicas y lemas antimigrantes, los participantes exigieron la dimisión del primer ministro Keir Starmer y corearon consignas sobre la “revolución cultural” que buscan impulsar.

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Libertad de expresión y controversia social
Según imágenes aéreas y datos policiales, la marcha reunió a unas 110.000 personas, mientras que la policía desplegó más de 1.000 agentes.
Nueve personas fueron detenidas por lanzar proyectiles y causar disturbios.
Entre los asistentes estuvieron personalidades de extrema derecha como Steve Bannon, exconsejero de Donald Trump, y seguidores de Charlie Kirk, influencer conservador estadounidense recientemente fallecido.

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Contramanifestación y debate público
Al mismo tiempo, la organización Stand Up To Racism UK organizó una contramanifestación, con menor asistencia, para exigir solidaridad con los solicitantes de asilo y rechazar el fascismo.
Diane Abbott, participante de esta movilización, destacó la importancia de mostrar unidad frente a la intolerancia y defender la cohesión social del Reino Unido.
La jornada refleja el aumento de la polarización política y social en el país, donde el debate sobre la libertad de expresión convive con la defensa de los derechos humanos y la seguridad pública, dejando en evidencia los distintos enfoques que la sociedad británica mantiene frente a la inmigración y la participación ciudadana en asuntos políticos.

(Con información de AFP)