Peregrino de la zona maya.
Santiago Caamal Beh, es originario de la comunidad maya de Tixcacal Guardia del municipio Felipe Carrillo Puerto. Credit: Especial

Santiago Caamal Beh, originario de la comunidad maya de Tixcacal Guardia en Felipe Carrillo Puerto, salió el domingo de la ciudad de Tijuana, a la que llegó un día antes, como parte de su peregrinación en bicicleta; ahora está a sólo dos comunidades de iniciar el regreso a su tierra natal, tras cumplir su promesa a la Virgen de Guadalupe por la recuperación de su madre.

El joven ciclista comenzó su travesía el 12 de junio de 2025 recorriendo miles de kilómetros desde Quintana Roo hasta Baja California Sur, inicialmente hasta el Santuario de Cabo San Lucas, logrando su meta el 28 de agosto, y luego ampliando su recorrido a fin de atravesar el país de punta a punta.

Fe y tradición de la comunidad maya acompañan a Santiago

Durante más de 78 días, Santiago transitó por diversos estados del país llevando en la espalda una enorme imagen de la Virgen de Guadalupe, símbolo de su fe y gratitud.

Su objetivo es completar más de 14 mil kilómetros para regresar a su pueblo el 12 de diciembre y celebrar el Día de la Virgen en la capilla que construye con apoyo de la comunidad de Tixcacal Guardia.

Apoyo y devoción de las comunidades locales

La imagen de la Virgen permaneció el sábado y parte del domingo en la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe y Santa Teresita del Niño Jesús, en Tijuana, donde decenas de fieles dejaron peticiones, donativos y fotografías como muestra de devoción y apoyo.

Santiago partió hacia Tecate, con rumbo a Mexicali, donde descansará antes de regresar a Quintana Roo, recibiendo asistencia de la comunidad y personas solidarias.

Un ejemplo de fuerza, disciplina y tradición

A través de redes sociales, Santiago comparte su experiencia, mostrando la disciplina, esfuerzo físico y devoción que caracterizan su peregrinación.

Su recorrido combina la tradición cultural maya con un acto de fe personal, convirtiéndose en un ejemplo de resistencia, compromiso familiar y respeto por las tradiciones religiosas de México.