El pez diablo avanza.
La especie invasora, originaria de Sudamérica, avanza en la Laguna de los siete colores y pone en riesgo la biodiversidad local. Credit: Especial

La presencia del pez diablo en cuerpos de agua del sur de Quintana Roo ha encendido las alarmas ambientales, luego de que autoridades y asociaciones civiles confirmaran su expansión.

Asimismo porque no solo se ha expandido en cenotes de la laguna de Bacalar, sino también en escurrimientos al norte del destino y en las lagunas Guerrero, Mariscal y Noh Bec, así como en la bahía de Chetumal.

Así lo dio a conocer Mateo Sabido Itzá, jefe del Departamento de Áreas Naturales Protegidas.

Riesgo creciente para los ecosistemas locales

De acuerdo con los reportes, ya se han capturado ejemplares en etapa de reproducción, lo que representa un riesgo elevado para el equilibrio de los ecosistemas locales, debido a la capacidad invasora de esta especie originaria de Sudamérica.

Para atender el problema, en agosto se realizó la primera reunión interinstitucional en la que se acordó conformar un grupo especializado de atención inmediata.

En octubre se prevé contar con un documento de trabajo que permita planificar acciones a corto y mediano plazo, incluyendo monitoreos prioritarios y estudios para determinar si el pez puede ser apto para consumo humano, sin riesgo de contaminantes o metales pesados.

Historia del pez diablo en Quintana Roo

El pez diablo, detectado por primera vez en Quintana Roo en 2013 en el Río Hondo, aprovecha la temporada de lluvias para reproducirse; el macho protege los huevos y alevines, lo que dificulta su control.

Desde febrero de este año se monitorea su presencia en Bacalar mediante un esfuerzo conjunto entre el Ibanqroo, Ecosur, asociaciones civiles, la Capitanía de Puerto, la Dirección de Ecología municipal y voluntarios locales.

Impacto ambiental y llamado a la acción

Hasta ahora se han capturado más de 10 ejemplares, principalmente de noche, aunque especialistas reconocen que la técnica de captura es compleja.

Si bien aún es temprano para evaluar el impacto en Bacalar, se advierte que esta especie podría desplazar a la fauna nativa y aprovechar recursos en un ecosistema que ya enfrenta amenazas como la contaminación y el desarrollo inmobiliario.

“Con el paso del tiempo será más común su presencia, aunque confiamos en que el ecosistema sea resiliente y logre soportar la invasión”, señaló Sabido, quien llamó a pescadores y comunidades locales a sumarse a las campañas de control y reportar la presencia de esta especie para proteger la salud de la laguna de Bacalar.