Con el pésimo resultado de la Selección Mexicana ante Colombia quedaron expuestos los males del equipo de Javier Aguirre, además de que nos quedó claro que no estamos en el mismo escalón que las selecciones de Sudamérica.

Se acabaron los espejismos de resultados convenientes obtenidos ante los equipos asiáticos, que dicho sea de paso fueron de la mano de Raúl Jiménez, delantero del que el equipo mexicano ha generado una enorme dependencia.

Y esto no sólo por sus goles sino por cómo se mueve en la cancha, los pases que pone a sus compañeros y, en general, el funcionamiento que genera de medio campo hacia adelante; un jugador que vive un gran momento en Inglaterra y que es capaz de generar sus propias oportunidades con lo que, a su vez, se disfraza la falta de creatividad del equipo.

Pero tenía que llegar el balde de agua helada, y lo “lanzó” Colombia de la mano de James Rodríguez y Luis Díaz que despedazaron la defensa, el mediocampo y, por supuesto, la portería del Tricolor; sí, la custodiada por el “Caballero de la Noche”.

Con una pésima defensa, ni el mejor portero del mundo puede evitar los goles (sin defender a Malagón), porque dicho sea de paso, la portería es el tema que menos preocupa, ya sea Malagón, Tala, Acevedo e incluso Guillermo Ochoa, cualquiera lo haría bien.

Lo importante es que haya quedado claro que no hay un sistema de juego, no hay estructura, se sigue probando cuadros alternos sin tener definido el 11 titular a poco del mundial, y con este equipo, el día de hoy, no vamos a algún lado.

Quedamos –y digo quedamos, como país, no porque yo juegue– exhibidos como una selección mediocre que cuando se enfrenta a los grandes juega como nunca y pierde como siempre, aunque contra Colombia fue congruente, un equipo sin forma que obtuvo lo que debía obtener: una goleada.

Es importante que no se disfrace el pésimo momento –a falta de accionar, sistema y juego– con resultados futuros ante selecciones a modo o medianas, o incluso con resultados que se puedan obtener gracias a la dependencia de Raúl Jimenez.

El “Lobo de Tepeji”, a mi parecer es de los pocos que se salvan, y pongo a un lado a Santiago Giménez, que es un delantero que necesita balones y mientras México no lo surta seguirá sin anotar en un falso mal rendimiento, como el de la Selección, que ojalá que tome el rumbo.

Nos leemos el próximo lunes y no olvides echar… La Cascarita