Lo que comenzó como la ilusión de despedir con dignidad a sus mascotas en Chetumal, terminó convertido en una estafa inhumana que exhibe, con crudeza, lo peor de quienes se aprovecharon del cariño sincero hacia los animales. 

Hoy, tras el hallazgo de más de cien cuerpos en descomposición, nos queda la amarga certeza de que algo muy profundo falló y que el engaño fue sistemático, descarado, sin corazón.

Yo no puedo imaginar el golpe emocional que significa buscar entre fotografías, restos, ropa, collares o algún detalle que permita reconocer al compañero de vida que un día se enfermó o envejeció. 

Por instrucciones de la gobernadora Mara Lezama, la Procuraduría de Protección al Ambiente que dirige Alonso Fernández creó un catálogo con cientos de imágenes, y aun así, el acto en sí es desgarrador. 

Hablar de números, 135 mascotas halladas, 257 carpetas de investigación, 40 familias que ya acudieron, 18 que reconocieron restos, se queda corto. Aquí hay historias, lágrimas, silencios y una profunda traición a la confianza.

Intervino cateando predios, acompañando a afectados, recogiendo restos y deteniendo a dos personas vinculadas al llamado crematorio “Xibalbá”, a través de la Fiscalía General del Estado. 

El Estado tuvo que poner orden ante la negligencia, la falta de permisos, la usurpación de profesiones y un negocio que lucró con la muerte. 

Ninguno de los detenidos tenía cédula profesional; aun así ofrecían servicios que iban desde eutanasia hasta supuestas quimioterapias.

Lo que más me sacude es que estos personajes, sin preparación, sin ética, sin vergüenza, se colocaron frente a personas vulnerables, ofreciéndoles palabras dulces, ceremonias con velas, música e incienso. ¿Qué tan desalmado hay que ser para convertir el duelo en mercancía?

Hoy, el Estado está actuando. La PPA, en coordinación con la Fiscalía, acompaña a quienes se acerquen para reconocer a sus mascotas. 

Y aquí debo hacer un llamado firme, urgente, si sospechan que su mascota pudo estar en manos de este crematorio, acudan cuanto antes a las oficinas de la PPA en Chetumal, ubicadas en colonia Arboledas, calle Úrsulo Galván esquina con Chechén, locales 1 y 2, de 9 de la mañana a 5 de la tarde.


También pueden comunicarse al 983-129-27-58. Es importante acudir antes del próximo martes, porque después iniciará la incineración general y la entrega de cenizas.

Reconozco que para muchas familias este proceso es devastador. Pero es su derecho cerrar el ciclo, recuperar aunque sea las cenizas, despedirse como se debe. Quienes no tengan recursos pueden recibir el servicio de cremación sin costo, gracias a la gestión de la PPA ante el Comité de Fomento y Protección Pecuaria. Un alivio en medio de la pesadilla.

En medio de este capítulo oscuro, también hay algo que merece contarse: un recordatorio de la otra cara de Quintana Roo, la que trabaja, la que crea, la que se abre camino con dignidad.

Mientras aquí enfrentamos el duelo, en Cozumel se prepara la llegada del crucero Celebrity Xcel este martes 11 de noviembre, con el inicio de su temporada invernal. Allí, artesanas y artesanos de Felipe Carrillo Puerto, Tulum y Chetumal presentarán bordados y piezas talladas en madera, fruto de manos pacientes y orgullosas.

Participarán colectivos como el Grupo de Mujeres Artesanas Productoras y Manualistas de Othón P. Blanco, el grupo “Manos que trabajan” de Chetumal, así como artesanos como Hilario Poot, Mirna María Mex y Addy Flor, entre muchos más.

Su talento es testimonio de que lo hecho en Quintana Roo está bien hecho, que nuestra identidad cruza fronteras y se reconoce como patrimonio vivo. 

Es la fuerza de nuestras comunidades, del turismo que nace desde la tierra, del orgullo por compartir lo propio.
Que esta triste página no opaque la luz de quienes sí honran la vida.
Que la justicia avance, que el dolor encuentre paz…
y que el orgullo por nuestra tierra siga brillando