Millones de hectáreas de la Pampa argentina permanecen bajo el agua tras meses de lluvias extremas y falta de obras de infraestructura.
Los campos inundados, caminos convertidos en canales y cosechas perdidas muestran un panorama desolador que amenaza la economía regional y la vida rural en el corazón productivo del país.

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Productores afectados y una Pampa argentina bajo emergencia
En distritos como 9 de Julio, productores agropecuarios relatan pérdidas totales: animales sin alimento, maquinaria inutilizable y campos convertidos en lagunas.
Más de cinco millones de hectáreas permanecen afectadas, según la Confederación de Asociaciones Rurales.
Las autoridades locales advierten que el impacto económico alcanzará a transportistas, contratistas, acopiadores y proveedores de insumos agrícolas.
“Está claro que hay cuestiones vinculadas al cambio climático y a la mayor recurrencia de fenómenos extremos”, reconoció el ministro provincial de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez.
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Reclaman obras urgentes para enfrentar el cambio climático
El principal reclamo de los productores es reactivar las obras de drenaje y mantenimiento paralizadas, como el dragado del Río Salado, clave para el desagüe natural de la Pampa argentina.
La paralización de proyectos federales y la falta de control sobre canales clandestinos agravan la emergencia ambiental.
Autoridades nacionales y provinciales cruzan acusaciones mientras las comunidades rurales piden soluciones inmediatas ante un futuro incierto.

