Abbott incluye también a los Hermanos Musulmanes en la lista estatal
El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció este martes la designación del Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR) y de la organización islamista Hermanos Musulmanes como organizaciones terroristas extranjeras y organizaciones criminales transnacionales. La medida impide que ambas entidades compren o adquieran terrenos en el estado y autoriza al fiscal general a presentar demandas para su disolución.
CAIR califica la acción como “difamatoria” y sin fundamento legal
CAIR, fundada en 1995 y considerada una de las organizaciones musulmanas de derechos civiles más influyentes de Estados Unidos, rechazó categóricamente la declaración del gobernador. Con más de 30 oficinas en el país —tres de ellas en Texas—, la organización aseguró que la medida “carece de fundamento legal y fáctico” y acusó a Abbott de promover “histeria antimusulmana”.
En un comunicado, la entidad defendió su labor como organización de derechos civiles que se opone a toda forma de violencia injusta, incluidos el terrorismo, los crímenes de odio y la limpieza étnica. También adelantó que está preparada para enfrentar la designación en los tribunales.
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La competencia para designar terroristas recae normalmente en el gobierno federal
La clasificación de organizaciones terroristas es, por lo general, facultad del gobierno federal. Sin embargo, Abbott ya había aplicado este tipo de designaciones a nivel estatal. En septiembre de 2024 incluyó al grupo criminal Tren de Aragua en la lista de organizaciones terroristas internacionales, meses antes de que el entonces presidente Donald Trump lo hiciera a nivel federal en febrero de 2025.
Contexto político y tensiones recientes en Texas
Abbott, quien busca reelegirse tras una década en el cargo, ha expresado su firme apoyo a Israel en el conflicto de Gaza y ha calificado como antisemitas varias manifestaciones estudiantiles en Texas.
En paralelo, el fiscal general Ken Paxton mantiene bajo investigación un proyecto inmobiliario en Plano, al norte de Dallas, al que acusa de irregularidades y que ha sido señalado por sectores conservadores de supuestamente promover la “ley sharia”. Los responsables del proyecto han negado estas acusaciones y aseguran que cumple plenamente con la legislación estadounidense.





