Durante estos días se llevó a cabo la última fecha FIFA del año, y con ello, se conocieron los últimos clasificados directos para la Copa del Mundo a celebrarse en Norteamérica. También se disputaron los cupos para el repechaje europeo y la repesca intercontinental a disputarse en marzo en Guadalajara donde ya esperaban Bolivia y Nueva Caledonia y ahora se suman Iraq, la República Democrática del Congo y dos de Concacaf. Para ello, la selección asiática sacó un importante empate en su visita a Emiratos y luego definió la serie en casa. Nigeria venció a Gabón en la prórroga con polémica arbitral incluida pero en la final no pudo con los congoleños, que con un gol al 90’+3’ habían antes eliminado a Camerún, y consiguieron el único boleto africano para esta repesca. 

Esta será la primera vez que 48 equipos disputarán el torneo. Una decisión que ha generado mucha polémica y que, lejos de tener algo que ver con un criterio deportivo, tiene todo que ver con un interés económico y político. Sin embargo, en mi opinión, el gran problema no es que haya 48 equipos, 16 más que en los torneos anteriores. Considero, como muchos, que la mejor manera de subir el nivel de este deporte es propiciar la competición en todos los rincones del planeta. Así han crecido selecciones como Marruecos, Japón, Irán o Australia. El problema está en el formato.

Hace unos años la UEFA aumentó de 16 a 24 los participantes para la Eurocopa. Cualquiera que sepa de futbol sabrá que sí hay 24 buenas selecciones europeas. Un Rumania vs. Ucrania puede perfectamente ser más entretenido y de mejor nivel que un Portugal vs. Países Bajos. Sin embargo, el nivel de la Eurocopa ha bajado. Esto se debe a que, al mero estilo de la liga MX, 16 de los 24 equipos, es decir dos de cada tres equipos, pasan de la fase de grupos. Antes, cada uno de los partidos de grupos eran a morir y provocaban emocionantes finales adelantadas en la última jornada. Ahora, con este formato, un equipo como Portugal en 2016, puede empatar todos sus partidos y ganar el torneo.

Esto mismo sucederá el próximo año. Los debuts de selecciones como Uzbekistán o Cabo Verde que pueden competirle a cualquiera, no son el problema. El problema estará en que ya no veremos escenarios como el de Alemania pelear su boleto a la siguiente fase en la última jornada y quedar fuera. Ahora hay que hacerlo realmente mal para ser eliminado. Más partidos, menor calidad. Más calificados es menor importancia entre quedar primero, segundo o tercero.

Este cambio de formato no sólo afecta el Mundial, sino también el dramatismo en eliminatorias como la sudamericana donde sólo tres de los 10 equipos queda fuera. Eliminando así cualquier riesgo para gigantes como Brasil o Argentina. Contrario a lo que se piensa este cambio es para proteger a las potencias y dar limosna al resto del mundo y no al revés.