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Plan con futuro

El Plan Estratégico para el Desarrollo Sostenible 2050 presentado en Chetumal marca un hito en la historia de Quintana Roo. No se trata de un documento burocrático más, sino de una ruta construida con la voz de más de seis mil personas que aportaron ideas, preocupaciones y sueños.

La gobernadora Mara Lezama lo definió como un logro histórico, y no es exageración: pocas veces se ha visto un ejercicio tan amplio de planeación democrática, con respaldo de organismos internacionales y la participación activa de juventudes, academia y sociedad civil.

La oportunidad que abre este esfuerzo es que trascienda más allá de los documentos y discursos, convirtiéndose en proyectos tangibles que se reflejen en comunidades fortalecidas, servicios eficientes y nuevas oportunidades para todas las personas.

El gran desafío es que ciudadanía e instituciones lo asuman como propio y lo impulsen hacia el futuro compartido que se ha diseñado. ¿Será?

Marginación en Bonfil, tierra sin justicia

La protesta de más de un centenar de habitantes de colonias irregulares en Benito Juárez desnuda la incapacidad de las autoridades para dar certeza jurídica y servicios básicos a miles de familias que llevan 25 años esperando soluciones.

El Ayuntamiento se escuda en la falta de cesión de derechos por parte del ejido Alfredo V. Bonfil, mientras los vecinos denuncian que esas tierras fueron pagadas desde el año 2000 y que hoy siguen siendo objeto de reventa y opacidad.

El censo incompleto, la exclusión de mesas de trabajo y los obstáculos del Instituto de Regularización ante la CFE confirman un patrón de marginación institucional.

La pregunta es si esta vez las autoridades romperán el círculo de indiferencia y corrupción para garantizar electrificación, calles y certeza jurídica o si todo quedará en otra promesa incumplida. ¿Será?

Sargazo, reto ambiental sin resolver

El Caribe Mexicano enfrenta un desafío ambiental que se repite cada año: el arribo masivo de sargazo. Aunque la temporada 2025 concluyó, la macroalga sigue llegando en volúmenes que superan la capacidad de respuesta de gobiernos y organizaciones.

Investigadores advierten que el problema no es local, sino regional, y que requiere coordinación más allá de esfuerzos aislados.

La contaminación por nutrientes y el aumento de la temperatura del mar agravan la situación, poniendo en riesgo arrecifes y pastos marinos, como ya ocurre en Isla Contoy.

Sin presupuesto suficiente para investigación y sin un proyecto integral que articule soluciones, el fenómeno amenaza con convertirse en un daño irreversible para la biodiversidad y el turismo. La pregunta es si finalmente se logrará pasar de los discursos a las acciones efectivas que contengan el impacto del sargazo. ¿Será?