Contaminación del acuífero en Quintana Roo: diagnóstico crítico de científicos
Por primera vez en años, especialistas del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coinciden en un panorama que califican como alarmante: la contaminación del acuífero de Quintana Roo avanza a un ritmo que compromete su disponibilidad y calidad.
El crecimiento urbano desordenado, la deforestación sostenida y el colapso del saneamiento mantienen al sistema hídrico subterráneo en una trayectoria de deterioro profundo, con impactos directos en la salud pública y en la seguridad hídrica de la región.
Urbanización acelerada y saneamiento insuficiente
Infraestructura rebasada y fallas operativas
De acuerdo con especialistas del CICY, la falta de sistemas de saneamiento eficientes y la sobreexplotación del recurso han reducido de manera significativa la capacidad de recarga natural del acuífero.
La mayoría de las plantas de tratamiento opera por debajo de los niveles requeridos para garantizar la depuración adecuada.
Eso permite la infiltración de aguas residuales parcialmente tratadas al subsuelo.
Esta situación compromete al principal reservorio de agua dulce del Caribe Mexicano y genera un riesgo inmediato para el consumo humano.

TE PUEDE INTERESAR: Cancún registra 97 nuevas aperturas de templos no católicos durante 2024
Dependencia creciente del agua embotellada
El investigador Adán Caballero Vázquez, de la Unidad de Ciencias del Agua del CICY, advierte que la deforestación ha alterado el régimen de lluvias y disminuido la infiltración natural.
Como resultado, el agua distribuida en viviendas no es apta para beber sin purificación adicional, lo que ha llevado a que la población dependa casi por completo del agua embotellada.
Evidencia científica reciente: 2024–2025
Estudios realizados en 2024 y 2025 confirman que, sin cambios profundos en el manejo del saneamiento, la regulación del uso de suelo y el control del crecimiento urbano, la calidad del agua enfrentará afectaciones severas en el corto plazo.
Aguas residuales, lixiviados y contaminantes emergentes ya muestran presencia en el manto freático.
El hidrólogo Guillermo D. Christy, integrante de Cenotes Urbanos, señala la necesidad urgente de un censo que identifique viviendas sin conexión a drenaje.
Asimismo, acciones para frenar invasiones y revisar la infraestructura sanitaria existente.
Agrega que el desarrollo inmobiliario en zonas kársticas avanza sin normas actualizadas, lo que incrementa fallas en drenaje y filtración de aguas negras.
Investigaciones de la UNAM refuerzan este diagnóstico: la deforestación, el crecimiento urbano acelerado y la extracción intensiva han alterado el ciclo hidrológico regional.
Esto ha provocado la reducción la recarga natural y elevando el riesgo de contaminación.
Ecosistemas en riesgo y respuesta institucional
Consecuencias para salud, turismo y seguridad
Los especialistas advierten que, si no se protegen lagunas, humedales y zonas de recarga, Quintana Roo podría enfrentar una crisis sin precedentes con impactos directos en salud, turismo y seguridad pública.
Nuevo decreto de protección ambiental
Ante este escenario, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) elabora un decreto para establecer un Área Natural Protegida que resguarde ríos subterráneos y cenotes.
María del Carmen García Rivas, directora nacional de Conservación, señala que el objetivo es reducir el impacto de las actividades humanas en un sistema esencial para el equilibrio hídrico de la península.
Mientras tanto, la narrativa gubernamental continúa enfocada en promesas de nuevas plantas de tratamiento y proyectos de reciclaje.
Sin embargo, los científicos advierten que el deterioro del subsuelo avanza de manera silenciosa y constante. El tiempo para corregir el rumbo es cada vez más limitado.

