Por Eugenio Pacheco
BACALAR, Q. Roo.- El número de quejas de turistas por la contaminación auditiva que se genera en negocios de carpintería y herrería, así como en establecimientos de entretenimiento cercanos a los centros de hospedaje, se ha incrementado desde la temporada alta de diciembre, advirtió Linda Argaez Calderón, presidenta de la Asociación de Hoteles de Bacalar.
Llamó a las autoridades de los tres niveles de Gobierno a aplicar la Norma Oficial Mexicana (NOM) 081 y regular los niveles de ruido o música que provocan esos talleres, además de los giros negros, que perjudican el descanso de los visitantes.
Recordó que recientemente la Cámara Nacional de Comercio de Servicios y Turismo (Canaco- Servytur) realizó una investigación en Bacalar, que arrojó la contaminación auditiva como el principal inconveniente detectado por los huéspedes.
“De hecho, nosotros en los hoteles estamos recibiendo quejas constantes de los visitantes”, dijo.
Detalló que en algunas ocasiones los turistas han pedido que se les regrese el dinero que pagaron, o ser reubicados ante el ruido de los negocios de carpintería y herrería, que ponen sus equipos de sonido con altos volúmenes.
En cuanto a ese problema dentro de la laguna, comentó que los prestadores de servicios náuticos están muy conscientes de esta situación, porque ellos son los principales interesados en mantener la tranquilidad.
Incluso les explican a los visitantes que en La Isla de los Pájaros deben observarse de lejos con binoculares y en silencio, con mucho respeto, porque estas aves migratorias no regresarán si son molestadas.
“El problema es con los particulares que llegan con sus embarcaciones y perturban a los turistas. Además, hemos visto a muchos estacionar sus botes en el santuario de aves, espantando a los animales por el ruido de las lanchas y sus equipos de sonido (ÔǪ) Eso no podemos permitirlo”, reclamó.
Argaez Calderón exhortó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a nivel federal y estatal, así como al municipio de Bacalar, aplicar la Norma Oficial Mexicana que establece los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición.
“Una de las razones por las que acuden los turistas a nuestro Pueblo Mágico es la tranquilidad, misma que estamos perdiendo, por lo que es necesario que seamos más responsables en el manejo del ruido permitido”, finalizó.