Ricardo Hernández
CANCÚN, Q. Roo.- Cada año, el Tren Maya transportará a tres millones de turistas internacionales, auguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con tales resultados, dijo, la afluencia de visitantes en los destinos de los cinco estados de la República involucrados (Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo) aumentará significativamente.
Según el mandatario, dicha megaobra, que comprenderá mil 500 kilómetros de extensión, generará 300 mil empleos directos.
El lunes, en el marco de la ceremonia por los primeros 100 días de mandato como presidente, anunció que será en abril cuando se publique la convocatoria para su construcción.
“No iniciar ningún proyecto de gran escala que no podamos terminar durante nuestro mandato. Es decir, el Tren Maya, la refinería, el Corredor Transístmico, las carreteras, el aeropuerto y todo lo que hagamos deberá concluirse y quedar funcionando en el sexenio”, se comprometió.
De este esquema hace falta presentar el plan maestro, el cual detallará la ruta que seguirá, presentar las manifestaciones de impacto ambiental donde se requieren, que es en cerca de 700 kilómetros, conseguir el derecho de vía de todo el recorrido, así como arreglar los problemas con ejidatarios a quienes se les adeuda la indemnización por la expropiación de tierras por donde correrá el ferrocarril.
Por otro lado, el Presidente informó que ha comenzado el Programa de Mejoramiento Urbano y Vivienda en 14 municipios del país, de los cuales diez son fronterizos y el resto se encuentran en ciudades turísticas, entre las que se nombran Playa del Carmen.
Se tiene destinado cerca de ocho mil millones de pesos para operar y su objetivo es el de aminorar el contraste existente entre zonas turísticas con hoteles de gran lujo y colonias marginadas.
ASPECTOS POR ENFRENTAR
Uno de los más importantes retos al que se ha enfrentado Andrés Manuel López Obrador en los primeros 100 días de Gobierno ha sido y será el Tren Maya, expuso la consultora en riesgo político, Integralia.
“En los primeros 100 días de gobierno ha quedado de manifiesto que el presidente López Obrador está empeñado en hacer realidad los cuatro proyectos de infraestructura insignia que prometió durante la campaña: Tren Maya, Refinería Dos Bocas, Tren Transístmico y Aeropuerto en Santa Lucía”, se lee en su reporte.
Hasta ahora, se contempla contar con 15 estaciones. Su área de influencia, resalta el documento, abarca unos 48 municipios de cinco estados, de los cuales, 34 son considerados autóctonos más del 40% de sus habitantes pertenecen a algún pueblo aborigen) pertenecientes a once grupos distintos; y más del 50% del total de la población del área de influencia vive en situación de pobreza.
“La alta presencia de población indígena obliga al Estado mexicano a realizar consultas previas, libres e informadas que cumplan con los convenios internacionales de los que México es parte, como el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”, subraya Integralia en referencia al ejercicio que López Obrador ha realizado sin atender
con rigurosidad y la debida importancia a lo mandatado por la OIT.
Un reto más será conciliar con los grupos que se oponen a la construcción de la megaobra. “Se han identificado alrededor de 14 organismos civiles de la península de Yucatán que se oponen al proyecto, argumentando falta de información e impactos medioambientales negativos”, precisa.
Aunque el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha insistido en que el daño ambiental será el mínimo o inexistente, hay dudas al respecto.
Como no se ha presentado el plan maestro en el que se detalle la ruta del tren, aún no se han presentado las manifestaciones de impacto pertinentes, por lo que todavía es pronto saber qué consecuencias medioambientales tendrá.
“Sin embargo, se tiene planeada una estación en el municipio de Calakmul, Campeche, con acceso al yacimiento arqueológico, donde además se encuentra la reserva de la biosfera que tiene una superficie de más de 723 mil hectáreas.
En el municipio de Tulum, Quintana Roo, donde también habría una estación ferroviaria, se ubica un parque nacional de más de 644 hectáreas, entre otros casos”, agrega el análisis.
De ahí la necesidad de realizar manifestaciones de impacto ambiental de gran alcance, además de estudios técnicos para el trazo ferroviario para que efectivamente se evite un impacto negativo irreparable a las regiones de alto valor ambiental descritas, refiere.
Como último punto, Integralia suma la desconfianza que se tiene sobre si el proyecto será financieramente viable.