La “isla de sargazo” que flota en el Océano Atlántico batió todos los récords en mayo de 2021, informó este miércoles la Universidad del Sur de Florida.
En el informe, coelaborado con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), informa que la superficie alcanzó los 3 mil 056 kilómetros cuadrados.
La superficie de la macroalga representa el doble de la extensión de la Ciudad de México.
Hasta ahora, el récord se había registrado en julio de 2018, cuando alcanzó los 2 mil 800 kilómetros cuadrados, que fue la temporada más crítica de recale masivo de sargazo de la historia.
El crecimiento registrado por las imágenes satelitales este mayo fue de 194.9% en comparación con abril, y de 445% en la comparación anual.
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“Es probable que la superficie aumente continuamente durante el verano”, se advierte en el reporte.
Las áreas donde los especialistas identificaron mayor aumento en mayo son el Atlántico centro-occidental (CWA) y el Mar Caribe (CS).
Para enero de 2021 la superficie medía 44 kilómetros cuadrados, en febrero 86 kilómetros, en marzo 239 y en abril superó los mil kilómetros cuadrados.
2018 fue el peor año nunca visto en términos del arribazón masivo de sargazo a las costas de Quintana Roo, sin explicaciones concluyentes hasta el momento.
Usualmente, el sargazo comienza a reproducirse de manera acelerada en abril y alcanza su máxima expansión en los meses de mayo a agosto, para luego disminuir su presencia en la temporada de invierno.
En la última reunión del Consejo Técnico Asesor del Sargazo de Quintana Roo, de mediados de marzo, abordaron los pendientes para hacer frente al problema a nivel estatal: un sistema de monitoreo local, lineamientos para la recolecta y la elaboración de una Norma Oficial Mexicana para su aprovechamiento sustentable.
Todas ellas, dijo Rosa Rodríguez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM y quien hace algunos meses abandonó el grupo asesor frustrada de no conseguir avances, se han solicitado desde hace años.
“Del Consejo Asesor yo me salí porque había reuniones y nunca ha servido de nada realmente. O sea, todo lo que se ve ahí, todo lo que se sugiere nunca nada se toma en cuenta”, lamentó.
La especialista reveló la presencia de metales pesados en la macroalga, los nutrientes que aporta al ecosistema marino y lo letal que fue para los corales y decenas de especies de peces.
Ricardo Hernández